México, 29 may (EFE).- El peso mexicano cerró la última sesión de mayo cotizándose en 22,22 unidades por dólar y recuperó parte del terreno perdido en los últimos meses, cuando sufrió caídas históricas a partir de marzo por la crisis derivada del COVID-19.
La divisa mexicana se apreció un 7,8 % frente a la estadounidense durante mayo, tras arrancar el mes intercambiándose en 24,1 unidades por dólar.
Al inicio de la crisis del coronavirus, la cotización oscilaba alrededor de los 18,5 pesos por billete verde.
La directora de análisis económico-financiero de Banco Base, Gabriela Siller, explicó a Efe los factores de esta apreciación mensual, la tercera mayor en la historia y la mejor desde 1995, motivada sobre todo por una mayor esperanza mundial.
«Existe un mayor optimismo a nivel global por la reapertura económica de algunas economías, particularmente de Estados Unidos», precisó Siller.
La especialista también apuntó a la posible rebaja a tasas de interés negativas de la Reserva Federal estadounidense, mientras el Banco de México no se espera que recorte el precio del dinero «de manera acelerada».
«Se ampliaría entonces el diferencial que se tiene con Estados Unidos», resumió Siller, algo que ha beneficiado también a la moneda latinoamericana.
Los escenarios más probables para el peso en el futuro inmediato son «oscilar en un canal de 22,2 a 22,85 unidades por dólar», lejos del máximo histórico de 25,14 que marcó a finales de marzo.
Si la buena dinámica se mantiene y el peso llegara a bajar de «la barrera psicológica de 22 unidades por moneda estadounidense, podría irse a cotizaciones de 21,63», analizó Siller.
«Históricamente, el mes de junio tiende a ser un mes tranquilo», aseveró la analista, por lo que lo más normal es que el tipo de cambio oscile en canales moderados.
Sin embargo, la divisa mexicana todavía corre peligro de superar ese techo de 22,85 unidades por dólar o incluso de 23,25, lo que volvería a cambiar la dinámica en clave negativa frente a la moneda estadounidense.
La volatilidad, pese a todo, todavía no se ha marchado de los mercados porque la pandemia no ha terminado, con lo que estos escenarios podrían verse alterados, sobre todo teniendo en cuenta la fuerte recesión que se avecina en México.