Suchiate (México), 9 jun (EFE).- En medio de la selva tropical de Chiapas se destinan 23.454 hectáreas a la pujante cosecha de plátano, una producción que va en aumento siendo este estado el más productivo de México y dando sustento a miles de familias.
La finca La Herradura, ubicada en el municipio de Suchiate -fronterizo con Guatemala- es una de las haciendas más productivas, según datos proporcionados por Rangel Gramajo, encargado de la propiedad.
«Tenemos una producción semanalmente de 7.000 a 6.000 cajas semanales. Semanalmente, son aproximadamente 170 toneladas más o menos», una cosecha que se suma a los cerca de 2,42 millones de toneladas que se producen en todo el estado.
En 37 municipios de Chiapas se produce plátano y 13 de ellos se ubican en el distrito de Tapachula.
La zona del Soconusco, que limita con la frontera con Guatemala, los municipios de esta zona son: Suchiate, Tuxtla Chico, Tapachula, Mazatán, Huehuetán, Huixtla, Villacomaltitlán, Acapetahua y Mapastepec, tierras donde se cosecha un plátano de alta calidad, según lo establece la escala Brix, logrando además tener más tiempo de vida expuesto para su venta.
Es en las tierras de Suchiate donde mejor se cultiva el plátano, razón por la que se han establecido ahí fincas plataneras que se observan por toda la orilla de la carretera.
Dichas fincas emplean año tras año a miles de chiapanecos y centroamericanos, sobre todo guatemaltecos, dando sustento a muchas familias de esta rezagada región.
Tan solo la finca La Herradura, explica Gramajo, tiene 130 trabajadores en el campo y unos 50 en el área de producción.
Cada empleado de esta finca aprendió a la perfección cuál es su función y los cuidados rigurosos que debe realizar al producto para lograr y mantener la calidad que requiere el mercado nacional e internacional.
Maximiliano Ramos Gómez, un joven de 17 años que tuvo que dejar de estudiar para poder llevar el sustento a sus padres y a la nueva familia que está formando, cuida con mimo la cosecha.
Su oficio es el de recolector de banano, lleva dos años con esta tarea que ve «difícil pero no imposible».
«Me inspira y me gusta estar con mis compañeros y estar ayudando también a mis abuelos y mis padres», señala el joven, quien recuerda que su progenitor fue «caporal» de esta misma finca.
En el área dónde se empaqueta, hombres y mujeres separan los bananos según los estándares establecidos para exportación, para el consumo nacional y hasta para el consumo local.
Se llenan enormes tinas de aguas que limpian el producto, labor imprescindible previo al empaquetado y exportación por vía marítima.
Chiapas ocupa el primer lugar en producción de plátano del país, seguido por Tabasco, también en el sureste, según datos la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
El encargado de la finca cuenta que por el clima y gracias a que el cultivo es perenne, logran producir todo el año manteniendo la calidad y asegurándose llegar a todos los mercados.
Las cosechas del plátano chiapaneco aparte de cubrir la demanda nacional se exportan a 34 países, entre ellos Estados Unidos, Países Bajos, Guatemala, Reino Unido, España, Japón, Rusia, Corea del Sur, Albania, Túnez, Singapur, Nueva Zelanda, Portugal y Italia.
Además, se espera que a finales del 2019 se exporte a China, gracias a la reciente firma de protocolo fitosanitario realizado por las autoridades mexicanas con ese país asiático.
«Ahorita nos estamos metiendo más de lleno en China y Japón», resume el responsable de la finca.