El presidente de Bolivia, Luis Arce, expresó este domingo su solidaridad con Irán por el aterrizaje forzoso del helicóptero en el que viajaba el gobernante iraní, Ebrahim Raisí, en una zona montañosa del noroeste del país.
«Con pesar y preocupación seguimos el desarrollo de las noticias sobre el accidente del helicóptero en el que se trasladaba el hermano presidente de la República Islámica de Irán, Ebrahim Raisi, y parte de su comitiva», escribió Arce en sus redes sociales.
El gobernante boliviano manifestó su solidaridad «con el querido pueblo y Gobierno iraní» y señaló que abriga «la esperanza» de que los ocupantes de la aeronave «sean encontrados con vida».
También el expresidente y líder del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) Evo Morales (2006-2019) se sumó en un mensaje en X «al sentimiento del pueblo iraní» para que Raisí «sea encontrado sano y salvo».
«Nuestros pensamientos están con él y su pueblo», agregó el exmandatario.
Raisí volvía a la ciudad de Tabriz después de haber inaugurado este domingo una presa junto con su homólogo azerbaiyano, Ilham Alíev, en la frontera entre los dos países, cuando el helicóptero que le transportaba tuvo que realizar un «aterrizaje forzoso».
Junto con el presidente viajaban el ministro de Exteriores, Hosein Amir Abdolahian; el gobernador de Azerbaiyán Oriental, Malik Rahmati, y el líder de los rezos del viernes de Tabriz, Mohammad Ali Ale-Hashem.
Las autoridades iraníes pusieron en marcha un amplio dispositivo para hallar el aparato y la Unión Europea (UE) activó, a petición de Irán, el sistema de mapas Copernicus, pensado para responder a emergencias, para ayudar a localizarlo.
El comandante del ejército de Azerbaiyán Oriental, el general Asghar Abbasqolizadeh, afirmó que «se identificó el lugar exacto del accidente del helicóptero” gracias a una señal del aparato y a otra del móvil de uno de los tripulantes, según la agencia oficial IRNA.
“Ahora nos vamos con todas las fuerzas militares a la zona y esperamos dar buenas noticias”, añadió Abbasqolizadeh.
Raisí llegó al poder en 2021, tras imponerse en las elecciones presidenciales con la participación más baja en la historia de la República Islámica.
Durante su Gobierno se ha intensificado la represión contra activistas, mujeres y críticos con el régimen.