México, 27 ene (EFE).- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tomó distancia este lunes del conflicto interno que se vive en el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), partido que él fundo en 2011, respecto a la renovación de su dirigencia.
El mandatario evitó, como en anteriores ocasiones, hablar de temas relacionados con el partido que lo llevó al poder.
«Nada, nada, nada, (guardo) silencio, pero no cómplice, no me corresponde (hablar del tema)», fue la respuesta de López Obrador al ser cuestionado sobre el sexto Congreso Nacional Extraordinario de Morena que se llevó a cabo este domingo y exhibió las desavenencias internas.
En el congreso de este domingo fue electo como presidente provisional del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena, por cuatro meses, el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar, quien será el encargado de lanzar una convocatoria para nombrar una dirigencia definitiva.
Pero ante esa decisión, la actual presidenta de CEN, Yeidckol Polevnsky, mediante mensaje en Twitter, dijo que precisamente el CEN «es el único órgano de dirección de Morena que puede establecer los lineamientos para el cambio de dirigencia de nuestro partido».
Además, Polevnsky señalo que Morena debe conducirse apegado a la legalidad y a sus estatutos.
Ante tal escenario en Morena, López Obrador dijo que él no tiene porque participar en ello.
«Ya lo he dicho, les deseo a todos los partidos que resuelvan sus diferencia mediante el método de la democracia», apuntó
Explicó que al llegar a la Presidencia de México pidió licencia al partido porque «ahora tengo la responsabilidad de gobernar para todos».
Recordó que «antes el presidente (en turno) era el jefe político del partido que lo llevaba a la Presidencia y él decidía quién iba a dirigir el partido de donde surgía el presidente, pero eso ya no (sucede)».
«Yo no me ocupo de eso», apuntó López Obrador y dijo que ahora representa a todos los ciudadanos de todos los partidos, a creyentes y no creyentes, a gente del campo y la ciudad y a ricos y pobres.
«No soy jefe del partido, ni jefe de grupo, ni jefe de camarilla. Me gustaría no solo ser jefe de Estado, me gustaría ser jefe de Nación eso sí, pero no meterme en cuestiones partidistas», explicó.
El mandatario dijo que ahora su tarea es hablar con representantes de todos los partidos y recibirlos a todos además de tener comunicación con organizaciones ciudadanas y políticas.
Como ejemplo dijo que este lunes se reunirá para comer con los gobernadores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el jueves desayunará con legisladores de Morena y del Partido del Trabajo (PT), mientras que la próxima semana comerá con gobernadores del conservador Partido Acción Nacional (PAN).