“Son raros los que, con el poder absoluto,
conservan la moderación y no dan
rienda suelta a sus pasiones.”
Francisco I. Madero
Se comenta en los corrillos de los comentócratas políticos, que al Presidente de la República le toma un año conocer los pasadizos y puertas ocultas del poder, en el segundo año comienza a medir fuerza con los diferentes poderes, los constitucionales (Legislativo y Judicial) y los fácticos (sindicatos, hombres de poder, medios de comunicación y bandas del crimen organizado entre los más visibles), en el tercer año ejerce su poder sin obstáculo porque cumplió los compromisos adquiridos para llegar, en el cuarto año disfruta a plenitud su ya amplificado poder, no existen cables que se crucen, sin inconvenientes su acompasado equipo de trabajo puede resolver problemas que aquejen a la nación, dando al Presidente el beneficio del gozo a plenitud de su mandato. En el quinto año comienza la preocupación por encontrar al hombre ‘leal’, no al proyecto de Gobierno, sino a su Gobierno, a sus compromisos adquiridos, a buscar garantizar para él y su equipo un remplazo a modo, un hombre ad hoc que le tienda un puente de plata al Mandatario, con la finalidad de retirarse sin la preocupación de ‘los cadáveres dejados en los closets del palacio’ (metáfora). El sexto año es el más doloroso, prepararse para dejar de ser, sumido en la profunda soledad palaciega, porque los reflectores se dirigirán al ungido por la venia presidencial.
Por irónico que parezca, López Obrador siendo un profundo conocedor del sistema político mexicano, a mediados de su tercer año de Gobierno abrió la carrera presidencial, adelantó innecesariamente los tiempos políticos, forzó las manecillas del reloj, cuyas agujas apuntarán a nombres, hechos y dichos de los ‘destapados’.
Desde luego la decisión de AMLO por adelantar la sucesión tiene diferentes explicaciones:
La Primera de ellas es que al Presidente no le agrada gobernar –y lo ha demostrado- ni estar sujeto al escrutinio público, ni ser llamado a la rendición de cuentas, por lo que se refugia en su añejo papel de activista político, a favor de su movimiento denominado la 4T. Con la estratagema mediática saca de foco las acciones de su Gobierno y lo dirige a sus ‘nominados’ como sucesores, convirtiendo Palacio Nacional en una ‘Torre de Babel’, donde ya no habrá comunicación entre los equipos de apoyo de cada candidato, porque estarán concentrados en buscar los yerros de los contrarios para filtrarlos a la prensa, descuidando el trabajo primigenio que les fue encomendado.
La Segunda lectura de por qué adelantó los tiempos de la sucesión presidencial, tiene tufo de ‘caja chica’. Con su juego de póker abierto de candidatos presidenciales, López evita hablar de los problemas que nos aquejan: El rebrote de la tercera ola del Covid-19 cuando sólo el 16.59% de la población nacional está vacunada (con datos al viernes 16 de julio) y seguimos en manos de un merolico, Gatell; Con un desabasto de medicinas, material de curación, medicamentos para los niños enfermos de cáncer, para los enfermos de VIH y enfermos renales por citar los más representativos, denunció la organización ‘Cero Desabasto’, en su “Mapeo del desabasto de medicamentos en México”, correspondiente al primer cuatrimestre de 2021, registrando 4 mil 504 reportes que detallan la falta de alguna medicina o suministro médico en instituciones públicas del sector Salud de todo el país, oprobio internacional resultan los 311 amparos interpuestos por los padres de los niños enfermos de cáncer para obtener los medicamentos y las 500 quejas presentadas (sin respuesta alguna) en la Comisión Nacional de Derechos Humanos; Los crecientes homicidios dolosos son otro motivo para ruborizar a cualquier Presidente, 89,665 muertes en los tiempos de la 4T, versus 43,956 de Enrique Peña Nieto, para el mismo período de Gobierno (2 años y medio). Y pese a que el Presidente se saque de la manga la herencia de tres grupos delincuenciales, lo cierto es que se han fortalecido con la atonía de la Guardia Nacional y el Ejército, que buscan intercambiar abrazos por balazos.
La Tercera lectura corresponde al corrimiento del telón de los videos de sus hermanos recibiendo dinero de apoyo para el Presidente, aunque argumenta ser préstamos y niega el moche para la campaña. Junto con los hermanos, está la familia extendida, su prima y su cuñada; No menos dolores de cabeza le dieron sus funcionarios como su mecenas Manuel Bartlett e hijo, su ex-secretaria de la Función Pública Irma Eréndira Sandoval, la velocista titular de la Conade Ana Gabriela Guevara; Otro alfiler clavado es la inflación derivada de los incrementos a los energéticos, asignatura que no ha podido resolver y la soslaya (excepto la del gas porque venderá sus tanques), la Comisión Reguladora de Energía (CRE) detectó incrementos del 13.26% para la gasolina Magna, 19.98% para la Premium y 13.48% para el Diésel en el año, mientras que el INEGI reportó una inflación acumulada del 3.43%. La frágil economía del país se refleja en la tasa de desempleo, que subió a 4.4% en el primer trimestre de 2021, frente al 3.4% del mismo período de 2020 de acuerdo al Inegi. La ausencia de trabajo trajo como consecuencia la diáspora laboral (migración al país del norte), y las cifras concuerdan, en los primeros cinco meses de este año las remesas crecieron un 22.16%, cifra que festina el Presidente, sin entender que se trata de una derrota a su modelo económico de Gobierno, o pretende engañar al 30 por ciento de los ciudadanos que votaron por él y no comprenden cómo funcionan las remesas.
Fuere cual fuere el supuesto de la sucesión adelantada, lo que ya sabemos, y no debe gastar más saliva y tiempo oficial, es que Claudia Sheinbaum será la elegida.