Como fue durante toda la edición de la Champions League, el Real Madrid sufrió para vencer 2-0 al Borussia Dortmund y agrandó su leyenda al levantar su décimo quinta «Orejona», en un partido donde la gran figura fue el guardameta belga Thibaut Courtois.
No hubo forma de superar a Courtois, los delanteros del Borussia se nublaron frente a él y su descuido en la zona defensiva en un tiro de esquina los sentenció a la derrota.
Los merengues supieron sufrir ante un valiente equipo alemán, que tuvo mala puntería y mediante un cabezazo de Dani Carvajal al 74′ en un tiro de esquina, abrieron un juego que por momentos parecía se iba al alargue.
Al 83′, el brasileño Vinícius aprovechó un regaló de la zaga amarilla y sólo frente al portero colocó el lapidario 2-0.
Cerca del final el Borussia parecía que podía luchar por la igualada, al anotar, pero el abanderado anuló el gol por claro fuera de lugar de los alemanes.
El estadounidense Lenny Kravitz fue el encargado de encender los ánimos de los asistentes al estadio de Wembley, en una final que se opacó por la invasión de al menos dos fanáticos que se dieron vuelo haciendo piruetas en la cancha mientras eran perseguidos por elementos de seguridad, lo que debutó por varios minutos el juego justo al arranque.
El Real Madrid se hizo pues de su competición favorita, la Liga de Campeones de Europa, alcanzando la número 15, cifra lejanísima para el segundo en la lista, el Milán de Italia, que tiene 7.
Fuera de la grave falla de seguridad al inicio del juego, las aficiones brindaron su particular espectáculo en las tribunas, pintándolas de amarillo y de blanco con tifos impresionantes.
El partido fue el último de Toni Kroos como futbolista del Real Madrid, partiendo como multicampeón en la escuadra merengue.