Barcelona (España), 18 jul (EFE) .- Si en Lima dices que «tienes el dengue» querrás decir, en lenguaje de la calle, que tienes ganas de fiesta, y tal vez por eso los asistentes al concierto del dúo electrónico peruano «Dengue Dengue Dengue» en el Sónar 2019 se han entregado desde el primer segundo a su música casi chamánica.
El proyecto de Rafael Pereira y Felipe Salmón lleva un tiempo investigando la naturaleza de las raíces más profundas de la música folclórica de Perú, como la cumbia de tintes psicodélicos, que converge en sus temas con bases electrónicas y percusiones afro-peruanas.
El sonido tribal de las creaciones de «Dengue Dengue Dengue» animó a los festivaleros a realizar todo tipo de bailes en círculo, además de a quitarse las camisetas, no sólo en un acto de inmersión total en esta música de tintes primarios, sino porque los 30 grados y el cielo despejado que disfrutó Barcelona este jueves lo requerían.
Pero Pereira y Salmón no son los únicos músicos latinoamericanos del Sónar, que este año dedica especial atención a esta zona del Planeta y contará con la presencia de la venezolana Arca, del puertorriqueño Bad Bunny, los argentinos Ca7riel y Catnapp, el guatemalteco Jesse Baez, los mexicanos Lao & Wasted Fates y Camille Mandoki, el cantante de trap colombiano Ha$lopablito, la brasileña Lyzza y el ecuatoriano Nicola Cruz.
Durante la primera jornada del festival también se inauguró el escenario «Sónar Complex», donde actuarán los grupos con las propuestas más nuevas en el uso de la tecnología aplicada a la música de vanguardia, como los locales Berlinist y los japoneses Daito Manabe y Yukiyasu Kamitani.
Otra de las actuaciones que tuvo lugar en este espacio fue la colaboración entre los turcos Ouchhh y los españoles Za!, que mostraron su apoyo a la huelga convocada durante estos días por el sindicato de montadores aéreos de Fira de Barcelona (los «riggers») y han pedido a la Fira que «se siente a negociar» con ellos.
Unas palabras que fueron muy aplaudidas por el público, contento de que finalmente la huelga no haya obligado a suspender el Sónar, pero disgustado ante la posibilidad de que los derechos de los trabajadores puedan haber sido vulnerados con la decisión de Fira de Barcelona de suplir su trabajo por el de otras empresas, para asegurar el montaje de los escenarios.
Por Paula Boira/Rosa Díaz