Palma.- El Mallorca sigue vivo en la batalla por la permanencia en gran parte gracias al talento del japonés Takefusa Kubo, cedido por el Real Madrid, y que está siendo decisivo para su equipo en el tramo final del campeonato.
Ante el Levante marcó este jueves en el Visit Mallorca Estadi el segundo gol, el de la tranquilidad, en el minuto 84, (el primero llevó la firma del colombiano «Cucho» Hernández), para amarrar tres puntos vitales para el sueño balear de evitar el descenso.
Kubo, formado en la cantera del FC Barcelona, ha asumido con una naturalidad pasmosa los galones que le ha cedido el entrenador Vicente Moreno, hasta el punto de ser una referencia en el ataque balear con 19 años cumplidos el pasado 4 de junio.
Por la derecha, su banda favorita, el nipón se mueve a sus anchas y hace auténticas diabluras. No se esconde, pide la pelota y va sorteando rivales hasta enfilar hacia el área rival y causar estragos, ya sea con un centro o un remate con su pierna buena, la zurda.
Hace muchos partidos que el Mallorca descubrió el filón que tenía en Kubo, un futbolista que juega con la misma seriedad con la que se expresa fuera de las canchas en un correcto castellano.
Al cuerpo técnico mallorquinista le llama mucho la atención la madurez que muestra en todos sus actos la perla asiática, el tercer japonés que se enfunda la camiseta del Mallorca en Primera División tras Yoshito Okubo en 2004 y Akihiro Ienaga (2011).
«Si le escuchas hablar parece que tuviera 25 año o más; es aplicado y siempre se esfuerza por cumplir con lo que le pides», explica uno de los integrantes del cuerpo técnico bermellón.
Kubo llegó al Mallorca el pasado verano y fue noticia desde la primera sesión de entrenamiento en Son Moix. Una legión de periodistas japoneses le acompañó en sus primeras evoluciones con la camiseta bermellona.
«Kubo en Japón es una autentica bomba», declaró uno de los enviados especiales de la televisión nipona. Su llegada alteró las coordenadas de un equipo modesto, recién aterrizado en Primera, y poco acostumbrado al ruido de estrellas mediáticas.
Moreno le tuvo en la récamara hasta la tercera jornada y no ocultó su malestar por la insistencia de los medios en preguntarle por el japonés en cada rueda de prensa.
«Con Kubo hay que ir despacio para no cargar sobre sus hombros responsabilidades que no le competen por su juventud», dijo Moreno para zanjar la polémica generada por la suplencia del madridista durante dos meses.
Debutó con el Mallorca y en Primera División en el campo del Mestalla ante el Valencia sustituyendo al croata Ante Budimir en el minuto 78, pero su aportación al equipo en las jornadas siguiente, medida en minutos, fue escasa y solo pudo dejar detalles de la gran calidad que atesora.
Saliendo desde el banquillo provocó un penalti ante el Athletic Club de Bilbao, que falló su compañero Abdón Prats, no desentonó al sustituir a Lago Junior (min. 56) en el triunfo frente al Espanyol y dio un pase de gol a Ante Budimir en la derrota (4-2) en Getafe.
Frente al Madrid, dueño de sus derechos federativos, salió en el minuto 58 para sustituir a al ex madridista Aleix Febas en la primera vuelta, pero pasó desapercibido, al igual que en Butarque ante Leganés, donde el Mallorca perdió 1-0.
La primera titularidad la tuvo ante el Atlético de Madrid en Son Moix- estrelló un disparo en los palos y fue el mejor- y Deportivo Alavés en Mendizorroza, ambos sellados con derrotas (0-2 y 2-0).
Ha sido en el tramo final del campeonato, con el Mallorca con el agua al cuello y jugándose la vida en cada partido, donde Kubo ha mostrado todo su potencial.
Marcó el gol del triunfo en EIbar (1-2) y fue el mejor de su equipo en varios de los últimos partidos, sobre todo, en la derrota (3-0) ante el Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano, donde sus regates y visión de juego dejaron patente su condición de «futbolista diferente» y muy a tener en cuenta por el Madrid de Zinedine Zidane la próxima temporada.