México, 15 nov (EFE).- El «vogue» es un baile afrolatino de las comunidades LGBT que nace en los años 20 como una forma de resistencia de las personas negras e inmigrantes en Estados Unidos, y que ahora está presente en México, como muestra una exhibición inaugurada este viernes.
Esta danza ha dado visibilidad política a los cuerpos de minorías raciales y sexuales, explica a Efe Manuel Segade, director del Centro de Arte Dos de Mayo de Madrid (CA2M), que ha traído al Museo Universitario del Chopo, en Ciudad de México, la exhibición «Elements of Vogue: un caso de estudio de performance radical».
«(Es) una tarea fundamental para los nuevos activismos en este momento que las ultraderechas en el mundo están campando a sus anchas y en el que la convivencia de los cuerpos se vuelve a hacer difícil. Estamos otra vez en un momento en el que cualquier tipo de minoría recibe un ataque absolutamente articulado», indica Segade.
El «voguing», llamado así por las poses de revistas de moda, nace como una subcultura entre las comunidades más marginadas de la sociedad estadounidense, como las personas trans, negras y latinas, detalla el historiador del arte.
Por esa razón, el curador cree que los mexicanos de cualquier identidad, como personas de clase media, chóferes de camiones y camareras de bares, pueden identificarse con la naturaleza del «vogue» que refleja la exhibición, pues cada una vive un «modo de opresión» en su vida cotidiana.
«Si las entendemos a partir de un lugar en el que se nos pone en contexto todo lo cotidiano y desgracias que viven estas personas, pero también sus posibilidades de celebración, de que están vivas, que existen, pues creo que todo se hace mucho más interesante y la diversidad nos entra literalmente en el cuerpo», detalla.
RESISTENCIA MEXICANA
La exposición también es un momento para reflexionar sobre los asesinatos de odio cometidos contra personas trans en México, además de otros fenómenos como la migración, pues una de las pioneras del «vogue» en el país es Annia Ninja, una migrante mexicana retornada de Los Ángeles (California), comenta Segade.
El historiador destaca que en Madrid han contabilizado tres casas de «voguing» y en México, en general, cerca de 20, lo que podría explicarse en fenómenos migratorios del país y en el crecimiento de sus ciudades.
«Sé que en el contexto mexicano la escena ‘vogue’ y la escena del ‘ballroom’ (reuniones de baile) está muy arraigada, mucho más que en España, por ejemplo», coincide Sabel Gavaldón, el otro curador de la muestra.
Gavaldón enfatiza que la importancia de la exhibición no es el «voguing» como tal, sino su papel político en la subcultura, la noche y el baile, elementos que percibe muy presentes en México.
Por lo tanto, el investigador de arte explica que, además de la muestra, dentro de los próximos meses habrá talleres de danza, charlas y discusiones para dialogar con otros grupos minoritarios y feministas.
«Muy especialmente en esos espacios de minorías, el cuerpo es el primer lugar donde se encuentran las opresiones y el primer lugar donde se proponen las resistencias. Entonces, el baile es el espacio principal de socialización política en las minorías y en las clases populares», manifiesta.
El especialista expone que estas características aplican al «voguing», pero también a otros ritmos asociados con la cultura latina, como el hip-hop, el reguetón y el baile de salón o «dance hall».
«Si nos vamos a los orígenes de la cultura del ‘voguing’ en Nueva York, pues muchísimas de las personas que fueron pioneras en ese movimiento fueron personas de origen latino. Y de origen también afrolatino», comenta.
La exhibición, que estará disponible hasta marzo del 2020, se inaugura este viernes con un «Purple Mini Ball», un evento de baile en el que se han inscrito cerca de 100 personas de la comunidad en general para mostrar su destreza con el «vogue».