Aguascalientes.- Los trabajadores de Elektra manifestaron su preocupación y enojo porque se les está obligando a trabajar de manera regular a pesar que la Presidencia de la República y la Secretaría del Trabajo han llamado la atención a esta cadena por mantener abierta sus puertas tratándose de una actividad no esencial.
Justo ayer, en el momento en que decenas de personas estaban haciendo fila para tratar de ingresar a la tienda Elektra para pagar sus créditos en el banco que se localiza en el interior de la tienda, se dijo que los que quisieran entrar a comprar algún artículo podían hacerlo sin hacer fila, pues la tienda estaba abierta, de acuerdo a la persona que estaba en la puerta de la misma.
En el interior, los trabajadores denunciaron que cuando ha llegado algún verificador de la Secretaría del Trabajo para tratar de asegurarse que nadie está trabajando, lo que hace el gerente de esta tienda es meterlos a todos adentro de una bóveda del banco y solamente deja a un par de personas afuera diciendo que son los que están de guardia por el banco Elektra, cuando eso no es realidad.
Tenemos miedo porque ya ustedes ven cuánta gente se forma y quiere entrar a pagar, pero sin embargo ya nos avisaron que el que no esté de acuerdo con estas políticas y con el trabajo en una jornada laboral de nueve de la mañana a nueve de la noche, puede presentar su renuncia.
Ayer más de 25 personas querían ingresar a la tienda Elektra que se encuentra en la calle Allende y 5 de Mayo, muchas de las cuales querían hacer pagos al banco que se encuentra en el interior de la tienda y otros más a hacer compras, con lo cual no había ni sana distancia ni medidas de higiene, pues no todos tenían cubreboca.
Por esta razón la propia secretaria del Trabajo, Rosa María Alcalde, dijo que se procedería a clausurar todas las tiendas Elektra que insistieron en abrir sus puertas, puesto que no estaban realizando ninguna actividad esencial.
Sin embargo ayer en Aguascalientes no solamente no se cumplió la promesa de clausurarlas, sino que éstas continuaban operando a pesar del temor que mostraron los trabajadores y trabajadoras de piso a contagiarse por el coronavirus y llevar la enfermedad a sus propios hogares.