El empleo femenino es el más golpeado por la pandemia de Covid-19, porque sus perfiles y puestos fueron los inmediatamente afectados, sobre todo en industrias como la hotelería, restaurantera o de ventas, donde las mujeres son tradicionalmente la primera línea de contacto directo con los clientes.
De acuerdo a un estudio de Grupo Manpower, en el sector de ventas directas una vez comenzados los cierres de emergencia se observó que cerca del 75% de los puestos de ventas directas desaparecieron y el resto se mudó al e-commerce, uno de los sectores que más creció en el último año.
Además, de diciembre de 2020 a enero de 2021 el sector de comercio redujo su participación femenina en un 11 por ciento.
Bajo este contexto el problema de la informalidad podría agravarse, ya que es el único sector con la capacidad de absorber a las mujeres sin empleo y darles una vía de sustento ante la falta de flexibilidad laboral, capacitación y oportunidades laborales en áreas “tradicionalmente masculinas”.
En consecuencia, el talento femenino está en una situación de vulnerabilidad que a la larga agravará muchos otros indicadores del empleo. Hasta este punto se ha detectado que cerca del 60% de las mujeres ya trabaja en la informalidad.
Así mismo, de acuerdo a cifras del Inegi, otros sectores que sufrieron una reducción de trabajo femenino en el mismo lapso fueron: la construcción, en un 21%; agricultura, 9%; restaurantes y servicios de alojamiento, 4%; industria manufacturera, 2%, y servicios sociales 1 por ciento.
Mientras tanto, el mercado laboral durante la emergencia sanitaria orienta a que las mujeres participen y se capaciten en carreras tecnológicas para contar con las habilidades técnicas necesarias que demandan los sectores en auge.
El análisis de la fuerza laboral señala que las mujeres cuentan con habilidades blandas, como la colaboración, escucha, empatía y trabajo en equipo, las cuales se han posicionado de alta demanda durante la crisis sanitaria, junto a la comunicación, priorización, adaptabilidad, la toma de iniciativa, la integridad, el pensamiento crítico y construir relaciones.
Sin embargo, es necesario romper los estereotipos y visibilizar el panorama de opciones a más mujeres, niñas y adolescentes a seleccionar carreras o puestos que puedan garantizarles una mejor calidad de vida y mayores oportunidades de empleo frente a los desafíos de la digitalización, como ingenierías y tecnología.