Miami, 3 ago (EFEUSA).- Las herramientas tecnológicas disponibles hoy en día para monitorear el teletrabajo son útiles para impedir la sobrefacturación, «el fraude menos detectado del mundo», subraya la emprendedora argentina Silvina Moschini en una entrevista con Efe.
Como fundadora junto a Alex Konanykhin de la compañía TransparentBusiness, valorada en 100 millones de dólares, Moschini está al frente de una iniciativa para «educar a legisladores» estadounidenses sobre la necesidad de hacer verificables y auditables los servicios que compañías privadas prestan al Estado.
Como resultado de esa iniciativa han logrado en solo 13 meses que en las asambleas legislativas de 32 estados de EE.UU. tramiten actualmente proyectos de ley contra la sobrefacturación.
La filosofía de esos proyectos legales es hacer obligatorio que las compañías de servicios contratadas por el Estado presenten un soporte tecnológico que avale que efectivamente hicieron lo que dicen haber hecho en las facturas que presentan.
Moschini espera que antes de que llegue 2020 uno o dos de estos proyectos legales sean aprobados y se conviertan en ley, pero advierte de que es un trámite «muy complejo».
En Nueva Jersey, dice con satisfacción, la asamblea legislativa en una primera votación dio un voto unánime a favor del proyecto.
Están además tratando de hacer lo mismo en México y Colombia.
TransparentBusiness cuenta con una herramienta tecnológica para verificar y auditar el trabajo remoto, así que una ley en ese sentido le abriría unas posibilidades de negocio inmensas.
Se necesita un tratamiento de «aspirina», porque «te quita el dolor de cabeza de una vez y no es una medida preventiva como una vitamina», subraya.
No hay muchas compañías que hagan lo que hace TransparentBusiness, dice en respuesta a una pregunta de Efe.
Las multas por mala conducta de empresas con negocios con el Estado en Estados Unidos, incluyendo sobrefacturación, suman varios miles de millones de dólares, según la página www.contractorsmisconduct.com que registra cada caso denunciado y castigado.
Uno de los casos de sobrefacturación más llamativo fue el de la empresa tecnológica Saic, que le facturó a la ciudad de Nueva York 500 millones de dólares por un trabajo que no hizo y fue descubierta, dice la empresaria argentina.
Moschini advierte de que la herramienta desarrollada por su empresa no sirve para detectar «casos como el de Odebrecht», aunque indica que la sobrefacturación es una forma de corrupción.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo, la corrupción puede restar entre un 15 y un 25 % al Producto Interior Bruto de un país.
La herramienta fue creada para satisfacer una necesidad interna de TransparentBusiness en un momento dado en que tenía desperdigados por el mundo distintos equipos de programadores y desarrolladores.
La empresa necesitaba controlar el trabajo de esas personas y enseguida se dio cuenta que lo que le servía, valía para otras empresas en un mundo en el que, como dice Moschini, «cada vez menos gente va a estar de cuerpo presente» en las sedes empresariales.
La solución que ofrecen es una aplicación que capta en tiempo real pantallas de la computadora de un trabajador, pero respeta la privacidad, pues es el trabajador el que activa la herramienta y el que puede apagarla si no quiere ser controlado.
Además de cofundadora de TransparentBusiness, Moschini es fundadora y directora ejecutiva de SheWorks, una plataforma para conectar a empleadores con mujeres que necesitan flexibilidad laboral.
La empresaria argentina está convencida que transparencia e inclusión van de la mano, como demuestran esas dos empresas, basadas en una misma herramienta tecnológica que permite verificar y auditar el trabajo realizado por equipos humanos que no están en el mismo lugar que quien contrata sus servicios.
Esta herramienta, según Moschini, responde a las tres inquietudes que hacen que la adopción del trabajo remoto o teletrabajo por parte de los empleadores sea menor de lo que podría ser: confianza, dificultades para colaborar y responsabilidad por los proyectos y procesos.
Entre los 9.000 clientes de Transparent Business está el Ministerio de Trabajo de Arabia Saudí, que utiliza la herramienta como parte de un proyecto para incorporar a la mujer al mundo laboral en un país donde las féminas no pueden trabajar en un entorno mixto.
El programa piloto se hizo con 3.000 mujeres y ahora se va a extender a 140.000, que harán trabajo de computadora desde sus casas o desde oficinas solo para mujeres.
Otra aplicación de esta tecnología es usada para que personas que han huido de sus países y están refugiadas en campamentos o lugares de paso puedan ser teletrabajadores, un proyecto que apoyaba el Gobierno de Barack Obama y tiene al dueño de los yogures Chovani como patrocinador.
Moschini, que es una ametralladora de proyectos, indica que SheWorks quiere educar a mujeres de Guatemala para realizar determinados trabajos por computadora, para luego incorporarlas a la plataforma laboral y va a analizar la posibilidad de un programa similar en Colombia.
«Hoy en día las capacidades cuentan mas que los títulos», señala.
Moschini está convencida de que el teletrabajo es el futuro y cree que los mileniales van a ser quienes lo implanten de manera definitiva, no solo en Estados Unidos, sino en América Latina y el resto del mundo, porque no soportan la idea de trabajar en una oficina ocho horas al día y cinco días a la semana ni la de tenee un mismo empleador siempre.