México, 14 ene (EFE).- El Gobierno mexicano debería trabajar para aprovechar la relación con China, su segundo mayor socio comercial, para intercambiar tecnología y aumentar las exportaciones a ese país, que alcanzan apenas un valor de 7.000 millones de dólares al año, expresaron empresarios y analistas consultados por Efe.
«Lo que estamos buscando obviamente es diversificar nuestro comercio. Yo creo que ya es demasiado lo que nosotros vemos hacia el norte y ahora nos toca ver un poquito más, precisamente, a ese país», afirmó Jorge Alberto Morones, vicepresidente de la Cámara de Comercio y Tecnología México-China en el capítulo occidente.
El intercambio con China representó el 9,9 % del comercio de México en 2018, con un valor de total de 91.000 millones de dólares, según un informe de la Secretaría de Economía con datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el Banco de México.
Sin embargo, de este total, 84.000 millones de dólares fueron exportaciones chinas, lo que implica para México un déficit comercial con una razón de 12 a uno.
Por este motivo, Morones pide al Gobierno federal cabildear dos temas con China: ampliar el número de protocolos fitosanitarios aprobados para venderles más productos agropecuarios y negociar la reducción de aranceles.
El representante de esta cámara de comercio, que agrupa a cerca de 200 empresas, también exhortó a promover el intercambio tecnológico entre ambos países, al argumentar que a la industria mexicana le resulta más competitivo adquirir tecnología de China que de naciones como Alemania, Corea del Sur y Japón.
«Definitivamente ambos países debemos acercarnos con una estrategia diferente. Nosotros, como México, primero tenemos que empezar a ver a China como una oportunidad y ya no como un problema, como un obstáculo, es decir, nosotros podemos ver a China ya como un cliente en muchos sentidos», argumentó Morones.
PROMOVER EXPORTACIONES
China está dispuesta a «promover aun más la liberalización y facilitación de comercio con México», afirmó el lunes el embajador Zhu Qingqiao, quien ofreció una «bienvenida a más productos agrícolas y manufactureros de alta calidad» del país.
Por ello, México «tiene que incrementar sus exportaciones de manera sustantiva» y aprovechar la voluntad del Gobierno chino para reducir el déficit comercial mexicano, manifestó Sergio Ley, presidente de la sección Asia-Pacífico del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce).
«El sector que ha tenido mayor dinamismo ha sido el agropecuario. Sin embargo, nosotros queremos también desarrollar el sector industrial, los productos industriales, queremos exportarlos. Hay mucha complementariedad entre los dos países», dijo Ley, quien también fue embajador de México en Pekín.
Como muestra de avance, el representante empresarial citó la participación de México en la segunda Exposición Internacional de Importación en China, que se celebró en noviembre pasado en Shanghái, donde se acordaron tratos preliminares por un valor de 250 millones de dólares.
MÁS ALLÁ DE EE.UU.
La relación con China no se «ha potenciado a su máximo» porque México siempre ha visto como «socio estratégico natural a Estados Unidos», comentó Roberto Salinas, asociado del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi).
Por esa razón, el Gobierno mexicano debería mantener una política de «puertas abiertas», aunque con reglas claras, a la inversión China y aprovechar la tensión comercial entre Pekín y Washington, argumentó Salinas, quien también es presidente del Mexico Business Forum en la capital del país.
«Se ha subestimado la enorme ventana de oportunidad que existe, de alguna forma, de poder cubrir el hoyo que está dejando China. No por ello vamos a dejar de colaborar con ellos en proyectos de inversión», declaró.
El asociado de Comexi percibió «grandes oportunidades» de la inversión china en proyectos mexicanos de logística, transporte, puertos, construcción y energía, sobre todo en el sur y sureste.
Como prueba, destacó el financiamiento de cerca de 600 millones de dólares que ofrecerán el Banco Industrial y Comercial de China (ICB) y el Banco de China, junto a otras instituciones financieras internacionales, para la construcción de la refinería de Dos Bocas, en el suroriental estado de Tabasco.
«Esta actitud de ver con buenos ojos las inversiones de otros lados es parte de las medidas pragmáticas que debe empezar a poner en marcha y a practicar de una forma mucho más agresiva el actual gobierno con fin de poder impulsar el crecimiento económico a largo plazo», enfatizó.
Aun así, el especialista advirtió como retos para México establecer reglas de propiedad intelectual y alinear los criterios comerciales para que sean congruentes con la relación comercial con sus socios norteamericanos.