México, 27 abr (EFE).- Varios empresarios, políticos y economistas pidieron este lunes al Gobierno mexicano una política fiscal expansiva, es decir, aumentar el gasto público, reducir impuestos y asumir más deuda para afrontar la crisis económica derivada de la pandemia del COVID-19.
Hasta el momento, el Ejecutivo presidido por Andrés Manuel López Obrador ha optado por reducir el gasto público y evitar los apoyos fiscales a las empresas, una postura confrontada este lunes en un evento virtual del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
El presidente de esta patronal, Carlos Salazar, admitió que los rescates financieros a grandes capitales que hubo en anteriores crisis, muy denostados por López Obrador, «no necesariamente podrían ser la solución».
Pero llamó a «tener apertura» para tomar «recursos de deuda con responsabilidad» y atemperar los efectos de la crisis.
En esta línea, el ex jefe de análisis de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Juan Carlos Moreno-Bid, dijo que los pobres no merecen la política económica «procíclica» de México.
«Tenemos que tener un cambio en la legislación fiscal para poder tener una política fiscal creíble de largo plazo, con cláusulas de escape», aseguró el hoy profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) tras aclarar que «no hay que tener miedo a la deuda, la deuda depende para qué la uses».
El coordinador en la Cámara de Diputados del oficialista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Mario Delgado, abrió la puerta a nuevas medidas públicas a medida que evolucionen los acontecimientos y llamó a no pensar «que lo que se anuncia hoy es definitivo».
López Obrador anunció la semana pasada un plan gubernamental para ahorrar 23.000 millones de dólares, mientras los pronósticos de organismos internacionales auguran una caída en el Producto Interior Bruto (PIB) de México de alrededor del 6,5 % en 2020.
Delgado, economista de formación, admitió que «si el Gobierno no tomara un peso de deuda, de todos modos va a tener un deterioro en su perfil de deuda», pero recordó que por su débil sistema económico México no puede tener planes que comprometan un porcentaje importante de su PIB.
«La función ahora del Gobierno en esta crisis debe ser la de un respirador artificial. Mantener viva la economía para evitar que se destruyan el mayor número de unidades económicas», sostuvo.
Mauricio Kuri, el coordinador en el Senado del opositor Partido de Acción Nacional (PAN) abogó por «cancelar las obras faraónicas» de López Obrador, reconducir el gasto público y facilitar el desempeño fiscal de las empresas.
El exsecretario de Economía Ildefonso Guajardo (2012-2018), habló de otra de las grandes preocupaciones de los empresarios: la conservación de las cadenas de valor interdependientes de otros países, principalmente Estados Unidos y Canadá.
Guajardo reclamó «concentrar la estrategia nacional en un catálogo específico sector por sector» para establecer una reapertura con las medidas de sanidad garantizadas.
«Tenemos que coexistir con los riesgos y administrarlos razonable y responsablemente», dijo al recordar la importancia estratégica del tratado comercial entre los tres países norteamericanos (T-MEC) que entrará en vigor el 1 de julio.
López Obrador, quien quiere afrontar la crisis aumentando la austeridad, criticó este lunes que el Banco de México inyectara más de 30.000 millones de dólares al sistema financiero y que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ofreciera 12.000 millones de dólares en créditos para pequeñas y medianas empresas mexicanas.