CIUDAD DE MÉXICO, octubre 3 (EL UNIVERSAL).- La decisión gubernamental de que las 15 empresas que firmaron el Acuerdo de Apertura Contra la Inflación y la Carestía (Apecic) cuiden su propio cumplimiento de las normas sanitarias, de inocuidad y calidad en los alimentos, y no el Senasica y la Cofepris, puede provocar que los países cierren las fronteras a las exportación de alimentos de México, dijo el presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), Juan Cortina Gallardo.
México firmó acuerdos internacionales donde se estableció que los organismos responsables de vigilar el cumplimiento de las normas sanitarias son el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) y la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), por lo que esto «no se le puede tercerizar a empresas privadas».
«Me preocupa enormemente que eximamos de la vigilancia de la inocuidad alimentaria a Senasica y Cofepris porque nos pone en riesgo no nada más la sanidad e inocuidad sino también todo el tema de las exportaciones», dijo a EL UNIVERSAL.
«En el momento que quitas esa vigilancia estos organismos del gobierno, los gobiernos extranjeros no tienen por qué confiar en la sanidad, con lo cual el paso siguiente es cerrar sus fronteras» a los productos mexicanos.
Añadió que el gobierno no puede decir que la vigilancia de la inocuidad quede en manos de las empresas privadas porque eso rompe con los acuerdos comerciales internacionales y dejaríamos de ser un país seguro, y se podrían detener las exportaciones de agroproductos mexicanos, es decir, cerrarles las fronteras.
Por otra parte, expuso que impedir las exportaciones de maíz, frijol y sardina, debe revisarse caso por caso para evitar que no se alcance la meta con esas medidas; por ejemplo, el maíz de Sinaloa se exporta por temas de almacenamiento, y si ahora se quiere llevar a Chiapas, al no haber suficiente infraestructura, puede encarecerse el grano en lugar de bajar precios.
«Sinaloa produce 6 millones de toneladas de maíz, pero muchas veces no tiene capacidad de almacenamiento y es muy cara la logística para llevarlo a otros centros de consumo; es más barato desde el punto de vista importar maíz de otro lado, porque al final de cuentas lo que quieres es el menor costo; ese tipo de cosas hay que revisarlo caso por caso», dijo.
Comentó que las empresas que tienen contratos para exportar esos productos enfrentarán un tema legal que deberán dirimir y «no sé si se pueda decir que es un caso de fuerza mayor».