Decenas de migrantes se refugian en el albergue de Jesús María, poniendo en peligro la seguridad del lugar, pues a falta de gas para cocinar deciden prender fogatas con el riesgo de ocasionar un incendio en medio de decenas de migrantes, entre niños y adultos, indicó Jesús Maya, encargado de ese lugar.
Insistió en solicitar a la ciudadanía les brinden donativos como víveres y una aportación para comprar gas para la estufa de la cocina.
“Lo que ocurre es que me están llegando muchos migrantes y no tengo gas, no tengo la forma de poder ayudarles con gas, pero ellos quieren prender fuego y calentar su comida y eso podría crear un problema grave para todos porque se puede quemar el albergue y no me escuchan”, comentó Jesús Maya.
Desesperados por comer, los migrantes buscan la forma de cocinar y al no poder hacerlo en la estufa, quieren hacerlo como de día de campo a través de una fogata con leña. No obstante, la llegada de migrantes no para a pesar de la culminación del Título 42, mencionó Maya.
Diariamente el albergue ubicado en Jesús María abre sus puertas a todos los migrantes, pero el lugar sólo tiene capacidad para 80 personas y muy apretados caben otros 20 más.
Pero ahora esa cifra ya se superó, pues mientras unos migrantes sólo permanecen unas horas, otros se quedan días en busca de poder obtener su tarjeta de visitante por la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR).
En tanto la lista de migrantes que provienen de Centroamérica, Venezuela y Cuba, poco son los casos que deciden quedarse para hacer su vida y no arriesgarse en la frontera norte y perder dinero y tiempo.
“Le pido a la gente que nos ayude con lo que puedan, como es gas y alimentos, porque yo no tengo dinero y si las cosas siguen así tendré que cerrar el albergue, aunque mi deseo es ayudar a muchos, pero no tengo dinero”, advirtió Jesús Maya.