Politólogo de profesión y convencido de que la generación a la que pertenece es la encargada de trabajar para cambiar al país, y por lo que a él respecta dice haber empezado a hacer su labor, Enrique García López agradece el haber tenido la oportunidad de prepararse, a pesar de los sacrificios familiares para dar pasos importantes.
¿Desde cuándo te dicen 'Galo'?
Desde que estudiaba la prepa, y todo se dio por un trabajo de calificación, en el que debíamos identificarnos con las primeras dos letras de cada nombre y apellido. Desde entonces me dicen así, a grado tal que en la actualidad, si alguien me llama por el nombre completo no me identifican, para la gente soy el licenciado Galo o Quique Galo.
¿Con qué adjetivos te calificarías?
Soy leal, pues soy capaz de morir en la raya por otros en lo profesional y personal, soy persona que me caso con lo que pienso; además no traiciono, no abandono.
La persistencia es otra de mis características, pues fui forjado en la cultura del esfuerzo, las cosas no las tuve fáciles, no estiraba la mano y se me entregaban las cosas. Estudié una carrera aún cuando en mi casa me habían dicho que no la podrían pagar, pero con el apoyo de mi mamá, que se atrevió a empeñar las escrituras en la universidad y con el crédito educativo es que saqué mi licenciatura.
Además, soy perfeccionista, en el sentido de que lo que hago, me gusta hacerlo bien, comprometido de que la siguiente vez que tenga que volver a trabajar en lo mismo, se haga de mejor manera.
¿Por qué te decides a dedicarte a la política?
Creo que esto lo traigo en la sangre, y no necesariamente porque alguien en mi familia me haya involucrado. Soy el primero de mi familia que se dedica a esto de lleno; pero dice mi mamá que desde el kinder y en la primaria todo mundo me decía 'el reportero', porque me gustaba andarme metiendo con todas las personas y defender a la gente.
Ya cuando tuve conciencia de mis actos, me di cuenta de que la política tiene la posibilidad de incidir en la vida de la gente.
¿Qué te llevó a estudiar Ciencias Políticas?
Un tío tiene esta profesión, y yo después entré a la UAA a Ciencias Políticas, creyendo que la política era algo que se enseñaba, pero la realidad es algo que se aprende día a día, conversando y construyendo acuerdos.
¿Hay algún maestro que te haya motivado a seguir?
Claro, aunque el primer semestre me decepcionó, pues la carrera no era lo que yo tenía en mente, también he de comentar que en el segundo semestre las cosas cambiaron y tuve muchos motivos para continuar.
Y sí, tuve 3 o 4 profesores que fueron importantes para mí, uno de ellos Luciano Tlachi, lo considero un pensador de cómo se esmeraba ante las ideas políticas; luego tuve 2 profesores contemporáneos entre sí, el Doctor Adán Baca y Griselda Macías, que fueron los que me dieron la formación de la ciencia política, pero también tuve un profesor que sólo me dio 2 semestres de la licenciatura, un Senador de la República, el Doctor Daniel Castorena, ellos fueron personas de quienes aprendí mucho, porque de escucharlos dar sus clases, sus ponencias, yo pude creer que hay gente que se enamora de la ciencia política y ellos son ejemplo de eso.
¿Cómo fue tu infancia?
Fui un niño muy hiperactivo, parte de mi niñez viví en Valle de las Trojes, pero al tener problemas económicos en la familia, se perdió la casa y pasaron al fraccionamiento Primavera, donde viví mi adolescencia y mi etapa de universitario; ahora vivo con mi mamá en un fraccionamiento en el sur de la ciudad.
Soy hijo de papás divorciados, pero eso no afectó para nada mis emociones o sentimientos. Por fortuna, la buena relación entre ellos ayudó, creo, al sano desarrollo. Entre semana vivía con mi mamá y ella era la exigente con los estudios y la educación; los fines de semana estuve con mi papá y su familia y era la diversión.
¿Con qué palabra definirías a la Política?
Desde mi punto de vista con la lealtad, pues esto es fundamental para los proyectos políticos en los que trabajas y a los que te sumas, pero también a los principios y valores de cada uno.
No soy creyente de que la meritocracia sea algo que deba pasar en política; sin embargo, creo que una persona que es leal y que siempre suma, en algún momento recibe su recompensa. Creo que la clave en la política es ser leal.
¿Has cometido alguna locura en tus casi 30 años?
Ay, es que van a decir que soy una persona aburrida, pero sí lo soy.
La verdad es que tengo una vida bastante ordinaria, no soy persona de aventuras, le temo a las alturas y a la oscuridad. Creo que mi mayor locura es dedicarme a esto de la política, porque en realidad me aventuré, pues no tengo un referente claro familiar que me hubiera impulsado, sino que fui yo mismo que me empecé a involucrar y a participar desde dentro.
¿Qué haces en tu tiempo libre?
Como la política no tiene horarios definidos, he aprendido a lidiar con el tiempo para dedicar lo suficiente a la familia, a los amigos y al trabajo.
No tengo ninguna afición deportiva, pero me gusta mucho leer y eso me ha ayudado desde siempre a tener una buena capacidad de retención, me declaro cinéfilo, y aunque digan que es de 'señora copetona', me gusta ir al supermercado, es una forma de inhibir mi nivel de estrés, es decir, si algún día estoy enojado, tenso o chípil, me voy al súper y aunque compre cosas que a veces no necesito, para mí es algo terapéutico.
Me gusta leer a los autores mexicanos que escriben sobre política, como es el caso de Enrique Krauze, a quien le sigo el paso, y a Denise Dresser, de ella me gustó mucho su libro “El país de uno”, creo que es una forma de ver la política desde una perspectiva, no crítica por criticar, sino que invita al ciudadano a tener elementos básicos para generar comunidad, cambiar el metro cuadrado de cada uno y así, hasta cambiar al país.
¿Con qué personaje de la historia te gustaría cenar?
Me gustaría tener un encuentro cercano, aunque no del tercer tipo –ríe- con la maestra Elba Esther Gordillo. Reconozco en ella a la real persona que pudo fracturar al sistema político mexicano que permitió consolidar una verdadera alternancia política al país.
Probablemente es una política súper condenada y hablar bien de ella no es sano para nadie, sin embargo, creo que sí tiene un valor histórico como personaje público, es que sin haber hecho lo que ella al interior del PRI, no hubiera existido poder más fuerte que pudiera lograr con esa rapidez, haber generado un proceso de alternancia.
Yo quisiera saber qué pasó por su mente, cómo fraguó su plan, esas cosas.
¿Qué cambiarías de tu vida?
Me hubiera gustado practicar algún deporte desde mi infancia. Yo le digo a mi mamá que por no haberme comprado la bicicleta que yo quería de niño, dejé de ser campeón mundial de ciclismo -se ríe-.
Yo creo que a todos los niños y adolescentes deberían inculcarles que realicen alguna actividad deportiva, por el tema de bienestar y salud, además de que se enseñen a tocar un instrumento musical. Y creo que son cosas que le debo a mi vida.