Acapulco (México) 3 feb (EFE).- Con cerca de 5.000 tamales, 475 metros lineales, diferentes sabores y al seguir las tradiciones populares, en el sur de México se realizó el tamal ensamblado más grande del mundo, con lo que se buscará entrar al récord Guinness el próximo año.
«Es la primera vez que se hace este evento y me encantó, pero quiero que se hagan más tamales, yo sola hice 200», dijo a Efe, Rangelis Arzaga, participante del primer Festival del tamal en Acapulco, costeña ciudad del estado de Guerrero.
El día de la Candelaria, que se celebra el 2 de febrero, es una de las tradiciones más importantes de México, pues data desde la llegada de los españoles al territorio mexica.
Durante la Conquista y evangelización, los frailes mezclaron las tradiciones prehispánicas y católicas, para dar paso a ritos con características únicas y dejaron los tamales como parte de la festividad de la Candelaria, que realiza casi un mes después del Día de Reyes.
Tamales tradicionales, rojos y verdes de pollo y puerco, vistieron a la Costera Miguel Alemán, una de las principales calles del puerto, aunque también la variedad de este platillo típico se hizo presente.
Pez vela, mejillones, frijol, queso, chipil, hierba santa y dulce fueron las combinaciones que hicieron los participantes de este festival, donde restauranteros, hoteleros, instituciones no gubernamentales, estudiantes, y cocineras tradicionales de tamales pudieron romper el récord.
«Se pretende hacer un rescate de las tradiciones, también se propone reunir a las familias de Acapulco y a los turistas que nos acompañan para realizar actividades de sano esparcimiento», comentó la secretaria de Desarrollo Social, Milly Janeth Ramírez Olmedo.
Esto ocurre porque la también llamada Perla del Pacífico se ha caracterizado a lo largo de los años por su vida nocturna y sus playas doradas.
Entre los presentes, los turistas extranjeros llamaron la atención de los espectadores, ya que su asombro por este platillo envuelto en hoja de plátano, era único.
«Es algo impresionante, no sé de que sea pero quiero más», se decían entre ellos los turistas de nacionalidad italiana.
Para Ángel, un turista de Ciudad de México, la experiencia de la primera vez en el puerto fue inigualable al probar tamales de mariscos, ya que en su lugar de origen no son muy comunes.
«Los de almeja con adobo rojo, fueron mis favoritos, lastima que se acabaron», comentó.
De manera gratuita y con una inversión de alrededor de 300.000 pesos (15.966 dólares), los tamales fueron degustados por los cientos de personas que se dieron cita desde muy temprano para poder saborear de esta comida.
«Desde las 4.30 de la tarde llegamos para agarrar un buen lugar y nos toquen más tamales, porque sí huelen muy ricos», dijo la acapulqueña Diana Laura Ramos.
Dentro de los presentes, se observó a personas conscientes con el medioambiente que utilizaron las hojas del mismo tamal como plato de comida para evitar el uso de plásticos desechables.
«No pasa nada si te comes un tamal en plato o en la mano, el chiste es pasar un rato agradable con la familia», enfatizó José Luis Hernández».
La marca quedó constatada por las autoridades mexicanas, una más para este puerto de Guerrero.
«He constatado de manera consecutiva que son 475 metros lineales los que han medido este recorrido en la Costera», constató el notario público número 13, Arturo Betancourt Sotelo, quien certificó el acontecimiento histórico.
En 1996, Acapulco entró al récord Guinness con la rosca de reyes más grande del mundo, midiendo 10 kilómetros de largo.