La delincuencia logró en Zacatecas lo que no pudo hacer la pandemia: alejar a la población de los antros, bares y restaurantes, pues lo que pasó hace un par de semanas sigue teniendo consecuencias latentes en la sociedad.
El secuestro y posterior asesinato de 5 universitarios, 3 hombres y dos mujeres, sacudió a todo México porque los muchachos, que sólo acudieron a divertirse, fueron “levantados” y masacrados por delincuentes, y a una de las jóvenes la descubrieron casi una semana después, obviamente ya sin vida.
La gente tiene mucho miedo, los delincuentes lo lograron al colgar a muertos de puentes, tirarlos en plenas avenidas, y cómo olvidar el reto y burla que significó para las autoridades de ese vecino Estado que les dejaran una camioneta llena de cadáveres en plena Plaza Principal.
Gobernadores de uno y otro partido han prometido que terminarán con la ola de violencia, pero hacen lo mismo que el actual Presidente, culpar a sus antecesores de todos los males que se viven.
Estremece ver las escenas de cientos de desplazados zacatecanos, quienes han optado por el exilio obligado, pues las autoridades poco o nada pueden hacer ante el embate de una guerra de cárteles que se pelean la “plaza”, aunque ello afecte a la población inocente.
A los que tuvieron que dejar sus hogares se les dio un plazo de 6 horas para que recogieran lo que pudieran llevarse porque corrían peligro y de hecho fueron escoltados por elementos de seguridad locales, de la Guardia Nacional y hasta del Ejército, quienes no pudieron brindarles protección; incluso un diputado, el conocido cantante Marco Flores, de MORENA, por la situación propuso levantarse en armas, para poder vivir en paz.
¿Aguascalientes qué tiene que ver con Zacatecas? Pues además de los lazos de amistad, es la cercanía entre las dos Entidades lo que debería preocupar pero aún más ocupar al Gobierno de nuestro Estado, que reconoce hoy que la mayoría de sus policías estatales han sido desplazados a la franja norte para reforzar la seguridad en la frontera con el vecino Zacatecas.
Aunque no sólo hay que ver la paja en el ojo ajeno, ya que nuestra Entidad también vive una ola de violencia que espanta, pues no pasa semana en que no se registren hechos delictivos de funestas consecuencias.
Muchos casos se recuerdan, pues por ejemplo se han registrado varios asaltos a mano armada que han terminado con vidas inocentes; y qué decir de las ejecuciones, homicidios, feminicidios, en fin, todo lo que ha estado pasando en últimas fechas.
Cuidado, veamos el ejemplo de lo que pasa a nuestro alrededor para prevenir y evitar que escale este clima de inseguridad, pues si dejamos que esto siga creciendo ya nadie podrá detener esta ola de violencia, que irremediablemente nos afecta a todos como sociedad.