México, 19 may (EFE).- Amnistía Internacional denunció este martes que los Estados americanos no protegen de forma adecuada al personal de salud que trabaja en primera línea contra la pandemia del COVID-19.
En un informe difundido este martes, la organización instó a los países de la región «a conceder prioridad y proteger los derechos del personal sanitario durante la pandemia».
En el documento denunció que los profesionales de la salud que enfrentan la primera línea de la pandemia trabajan a menudo en condiciones inseguras con equipos de protección insuficientes y se arriesgan a sufrir represalias de las autoridades o los empleadores si denuncian su situación.
Aunado a que en algunos han sufrido incluso amenazas de muerte y ataques físicos.
«Los gobiernos deben tomar medidas para garantizar que no se vuelven a poner en un riesgo tan horrendo sus derechos básicos y su seguridad», afirmó Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
Recordó que en las Américas viven la mitad de las personas en el mundo que han dado positivo en las pruebas para detectar COVID-19, con alrededor de 2 millones de casos confirmados, por lo que dijo «es de vital importancia que todos los países se unan para garantizar que la financiación de la salud no se ve menoscabada» en este momento.
Además, hizo un llamado a Estados Unidos para que tome medidas rápidas y contundentes para garantizar la continuidad de la financiación de la OMS.
«Estados Unidos debe apoyar una solución global uniéndose a otros países en la financiación de la Organización Mundial de la Salud para garantizar que su capacidad técnica y de personal experto se despliega donde más se necesita», apuntó.
AFECTACIONES A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
AI denunció también que en la región las restricciones a la libertad de expresión han afectado el derecho a la salud y al acceso de las personas a información relacionada con la salud.
Guevara-Rosas aseguró que «es imposible proteger la salud de más de 1.000 millones de personas que viven en las Américas si los gobiernos insisten en silenciar a quienes denuncian irregularidades».
Del mismo modo, señaló que los profesionales de la salud han sufrido también estigmatización, ataques físicos, amenazas de muerte y denegación de uso del transporte público en países como Colombia y México, e incluso lapidación pública en Bolivia.
Y aseguró que mientras algunos gobiernos han respondido a este tipo de ataques con declaraciones inmediatas y acciones de sensibilización, otros dirigentes han tomado medidas «para menoscabarlas».
Hasta este martes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) registró en la región de las Américas poco más de 2 millones de contagios y 124.668 muertes, siendo Estados Unidos el país más afectado con poco más de 1,4 millones de casos y cerca de 90.000 muertes.