México, 28 abr (EFE).- El PIB turístico mexicano podría contraerse un 10 % este año, lo que significa pérdidas superiores a los 10.000 millones de dólares, informó este martes la Asociación de Secretarios de Turismo de México (Asetur).
La agrupación ajustó su pronóstico previo que ya estimaba una caída de 3 % del PIB turístico con una pérdida de 2.400 millones de dólares, explicó Luis Humberto Araiza, presidente de la Asetur.
«Lo más importante es preservar el empleo, provocar que se salve el mayor número de empresas y mantener una campaña de recordación de los destinos turísticos, para que cuando pase la contingencia regresemos muy fuertes», declaró Araiza.
La industria del turismo en México, uno de los 10 países más visitados del mundo, representaba casi el 10 % del PIB nacional antes de la pandemia, expuso el representante de Asetur.
El sector es uno de los principales receptores de divisas, junto con las remesas, las exportaciones automotrices y los ingresos petroleros, añadió Araiza, quien también es secretario de Turismo de Baja California Sur.
Antes de la crisis del coronavirus, la Secretaría federal de Turismo (Sectur) estimaba una creación de 95.000 nuevos empleos en el sector para llegar a un total de 4,5 millones, 2,1 % más que el año pasado.
Aunque destacó que la «infraestructura turística está intacta», Araiza reconoció la incertidumbre de la duración de la crisis sanitaria por COVID-19, que ha dejado hasta ahora 15.529 contagios y 1.434 defunciones en el país.
«No sabemos cuánto tiempo va a llevarse la recuperación del sector turismo, tras la pandemia, lo que sí sabemos es que el sector va a cambiar, así como la forma de viajar y de interactuar entre las personas», indicó.
Agregó la importancia de apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), que representan cerca del 90 % de las compañías del sector turístico.
Las estimaciones de Araiza se produjeron el mismo día en que el BBVA reportó una caída de más del 80 % a tasa anual del consumo turístico en abril, con una recuperación de la economía «más débil» que el resto de Latinoamérica.
«El turismo tendrá que irse adecuando a nuevas circunstancias, donde serán muy importantes aspectos del cuidado del medio ambiente, habrá mayores certificaciones y estándares de higiene», reflexionó Araiza.