México, 4 sep (EFE).- Acaba de cumplir 58 años pero el alma jovial del actor mexicano Eugenio Derbez sigue tan intacta que acaba de participar en la película de animación infantil «Angry Birds 2», en la que ha podido constatar de nuevo que «el doblaje es de lo más difícil que hay en actuación».
«Yo respeto muchísimo el medio del doblaje. (…) Lo más difícil que he hecho casi que ha sido el doblaje», ha dicho el cómico mexicano en una entrevista con un reducido grupo de medios, incluido Efe, en Ciudad de México.
Derbez (Ciudad de México, 1961) no se ha estrenado ahora en este medio, puesto que anteriormente puso la voz en español en célebres películas como «Mulán» o «Shrek», pero no se considera a sí mismo como un actor de doblaje, por quienes profesa una sincera admiración.
«Creo que son verdaderos artistas y deberían tener más reconocimiento, por lo menos económicamente», expresó Derbez, quien sostiene que en México, referente de la industria en Latinoamérica, se hace «el mejor doblaje del mundo y está muy mal pagado».
Al célebre actor mexicano afincado en Los Ángeles le da «pena» llevarse el crédito en las películas de animación que participa y ganar más dinero que el que ganan los actores de doblaje.
«Es injusto, pero es parte del sistema», lamenta Derbez, quien reivindica que debería haber «mejores condiciones para la gente de doblaje».
El gran hito de doblar una película es, según el mexicano, que «tienes que fijarte en mil cosas para entrar a tiempo, tener muy buena memoria, imitar todo del otro (actor al que se dobla) y a la vez hacer algo nuevo».
Aunque admite que en las últimas dos décadas la tecnología ha avanzado mucho hasta el punto que ahora se puede alargar y acortar palabras de manera digital, algo que le facilita las cosas: «La tecnología está muy avanzada y nos ayuda a aquellos que no somos tan talentosos», ha dicho entre risas.
Los azares del destino quisieron, precisamente, que su hija más pequeña, Aitana, haya debutado en el mundo del doblaje a sus tempranos cuatro años.
Derbez cuenta con una sonrisa en la cara que un día decidió llevar a su hija al estudio donde se doblaba «Angry Birds 2», filme que se estrenará este viernes en México, porque Aitana «no entendía a qué se dedicaba su papá».
Todo ha derivado en un «afortunado accidente», puesto que ya en el estudio surgió la idea de que la niña diera voz a un polluelo que tiene una breve intervención en el filme.
«Nos costó 40 minutos que hiciera tres líneas», cuenta entre carcajadas.
Esta divertida anécdota retotrae a Eugenio Derbez a su infancia, pues a sus cuatro años ya acompañaba a su madre, la actriz Silvia Derbez (1932-2002), a todas las telenovelas en las que participaba.
Aunque no quiere forzar a Aitana a que de continuidad al clan artístico de los Derbez, parece que la menor apunta maneras: «Como la vemos todo el día cantar y bailar, veo muy difícil que vaya a hacer otra cosa», relata.
Quienes sí han retomado el legado de Derbez son sus otros hijos, Aislinn, quien está triunfando con «La casa de las flores»; Vadhir, quien pronto estrenará la película «Como si fuera la última vez»; y el actor y presentador José Eduardo.
«Me da mucho gusto por la familia, creo que está creciendo y la verdad están haciendo cosas muy lindas», dice el actor cuyo apellido cada vez se expande más en esta industria.
Pero el auge artístico de sus hijos y los 68 años cumplidos el pasado lunes no implica para nada que Eugenio Derbez vaya a retirarse pronto de la gran pantalla.
Al estreno este año de «Angry Birds 2» hay que añadir también sus actuaciones en «Dora y la ciudad perdida» y en «El complot mongol».
«Se me juntaron tres películas en un mes y me da miedo porque no quiero cansar a la gente. Hago un esfuerzo para hacer las cosas lo mejor posible», dice el cómico, angustiado porque no quiere «saturar el mercado».