Eva Villaseñor, joven cineasta de Aguascalientes que desde su niñez supo que su paso por este mundo sería para contar historias, ahora lo hace a través del cine, área en la que ya ha tenido satisfacciones.
A los 16 años salió de Aguascalientes para cumplir no sueños, sino metas. Vive en la Ciudad de México, por lo que la entrevista fue vía telefónica a la que accedió muy amablemente.
Eva es la primera cineasta hidrocálida que ha sido nominada a un premio Ariel en la categoría de Mejor Cortometraje Documental.
¿Quién es Eva Villaseñor?
Soy una asidua observadora de todo lo que hay a mi paso, soy una mujer muy terca, tal vez con mal carácter pero también muy chida.
Entre todas las artes, ¿qué te llamó la atención para dedicarte al cine?
Pues mira, me nació esta inquietud desde muy niña, a los 14 años conocí a la maestra de la fotografía Brizia Hernández, ella estudió en la Casa de la Cultura de Aguascalientes, ella primero me enseñó el oficio de la fotografía y poco a poco me fue introduciendo en la fotografía documental.
Mientras seguía en la Casa de la Cultura a la par estudié en Guadalajara con los maestros de la lente Shahidul Alam de Bangladesh y Ernesto Bazán, quienes impartieron diplomados en cinematografía en la U de G y en Artes Plásticas en el Instituto Cabañas, tuve la suerte de conocer y aprender de grandes maestros.
¿Cómo fue tu infancia y tu adolescencia, antes de partir de tu lugar de origen?
Siempre fui muy inquieta, de niña me distinguí por siempre marcar tendencia, líder; tengo amistades que conservo desde niña, entre ellas Israel Ahumada que es mi productor, Mariana Arriaga, Natalia Morones de toda la infancia, Paulina su hermana, Norita, ellas de toda la vida, Irazú una amiga de ahora no quisiera que se me pasen algunas, pero saben que las llevo conmigo.
Era de las niñas que me entretenía en mis propias historias, pintando, dibujando y tomando fotografías.
La secundaria la cursé en varios colegios porque sí, fui muy inquieta, son incontables los colegios privados que recorrí y ya en la prepa, por lo mismo, que no terminaba y no terminaba, como ya estaba en el rollo de la fotografía, mi mamá me sugirió ir a Guadalajara a seguir estudiando fotografía porque allí estaba El Cabañas y la Escuela de la U de G.
Entonces entré a estudiar primero Artes Visuales al Cabañas, al mismo tiempo el Seminario con el Boris, el Ruffo que implementó la Escuela en Guadalajara. Pude elegir la fotografía periodística, pero no me sentía cómoda en el periodismo porque no creo mucho en la objetividad, pero con el cine, contar historias y la fotografía, es como me decidí a irme con el cine.
Después de esto, ¿cómo te iniciaste ya formalmente?
Te comenté que desde muy niña hice fotografía fija, compañeros que ya hacían cine me invitaban y como la foto fija está muy relacionada con la dirección, pues me paseaba por todos los departamentos, y pues, me enamoré de la forma del quehacer detrás, pues es muy diferentes hacer cine a sólo verlo. Me hablaban mucho del Centro de Capacitación Cinematográfica y como era fotógrafa, aproveché esa oportunidad de estar en la mejor escuela para estudiar cine, casi que en todo el mundo, pues es la tercera mejor, intenté.
Llegué al CCC sin conocer a nadie, sin saber nada, pasé las 4 pruebas y entré a los 19 años y bueno, me especialicé, estudié 2 carreras, guión cinematográfico, especialización en cinematografía y aparte realización y me gradué con “Summa cum laude”, -excelencia-, duré toda mi vida enclaustrada, es como la carrera de medicina, muy larga. Entré a los 19 años y me gradué a los 31, esta nominación al Ariel es mi tesis, pero antes que esto ya llevaba 6 cortometrajes escritos y dirigidos por mi.
¿Qué sigue, vas avanzando pero qué esperas de tu carrera que dices, apenas inicia?
Estoy iniciando en la industria, tal cual, espero que alguna productora chida me agarre para poder contar mis historias y seguir en esto que es mi pasión.
¿Tu mamá, cómo es que te impulsó a salir de esta ciudad provinciana e ir a las grandes ligas?
Mi mamá es química-farmaco-bióloga, se graduó igual que yo, con “Summa cum laude” pero de la UNAM, entonces para mí mi mamá ha sido mi ejemplo y quise ser competitiva como ella, siempre crecí midiéndome con esa vara, pues siempre los conocidos comparaban y preguntaban si era igual de inteligente que mi mamá.
Lo que siempre tuve claro y mi mamá también, es que tuve otras capacidades desde siempre, igual de fuertes, yo en lo histriónicas y artísticas, mi mamá en la parte química, y de alguna manera me identifiqué mucho con ella como triunfadora; mi mamá fue mi ejemplo primordial.
¿Heredaste este gusto, el arte, lo imitaste o cómo estuvo?
Mira, yo empecé con la pintura, mi papá pintaba y prácticamente esos eran mis juegos. Mi papá dibujaba muy bien, mi abuelo también dibujaba. Yo de esa familia no fui muy cercana, porque mis papás se divorciaron, pero creo que sí heredé algo del arte.
Para mí siempre fue dibujar y dibujar, yo con eso me entretenía, siempre supe que algo de diseño, con el dibujo o la iluminación era lo que me gustaba.
¿Qué haces aparte de cine, fotografía y dibujo o pintura?
También me gusta mucho bailar, me gusta el ritmo, es como un conjunto ahí, veo mucha fotografía, leo muchos artículos, veo YouTube, documentales, ver películas de mis amigos, el cine mexicano, aunque algunas no me atrevo ni a ver.
Cuéntanos algo de la película que estuvo nominada al Ariel
Esta película la dirigí, la edité, hice el diseño sonoro, la fotografía, la escribí, hice el argumento, todo. Creo que mi tiempo y todas las cosas tecnológicas me lo permitieron.
Esta película está inspirada en la vida de su hermano, un conocido rapero de Aguascalientes, en donde presenta un problema social y de salud creciente en la Entidad y que golpea a infinidad de jóvenes y de familias, que viven en la violencia y la drogadicción, eso para lo que aquí, no se ha sabido implementar una política de salud adecuada.
Sobre el tema de su película “M”, nominada al Ariel como mejor Cortometraje Documental apenas en junio pasado, Eva comentó está basada en la historia de su hermano que fue víctima de malas políticas del poder, que se atrevieron en algún momento a “vender la plaza” para que se tire aquí infinidad de droga que está acabando con generaciones de jóvenes.
Criticó que las autoridades presenten políticas absurdas para contrarrestar problemas como la drogadicción, depresión, suicidios, “es algo de lo que se debe hablar abiertamente y yo lo hago en esta película, de una forma real como está sucediendo y es algo que a mi hermano le tocó, él teniendo una capacidad tal vez mayor que la mía, fue víctima de la ambición y de la avaricia de cierta gente del poder que deja que se tire esa cosa en el Estado y no sé cuantas generaciones vayan a tardar para que esto se arregle”.