Es evidente que en Estados Unidos existe un gran déficit financiero, por lo que está buscando “hasta por debajo de las piedras” para allegarse de recursos ante la política de la imposición de aranceles del 25%, señaló el ex-vicepresidente de Manufactura de Nissan Mexicana, Armando Ávila Moreno.
Asimismo, indicó que se debe estar a la espera de lo que ocurrirá faltando escasos días para el 2 de abril, ya que se pudiera surgir una nueva noticia, por lo que todavía no se puede calcular el impacto total con la imposición de los aranceles de Donald Trump.
“Pareciera que no existe una seriedad”, destacó el ingeniero con respecto al cambio del discurso que realiza el mandatario de Estados Unidos, ya que en el sector automotriz es muy seria al momento de hacer cálculos y proyecciones.
Dijo que en caso de que se se apliquen los aranceles ya no habrá marcha atrás y los industriales deberán de realizar nuevas proyecciones para tomar acciones fuertes.
El también presidente del clúster automotriz reconoció que la Presidenta de México ha sido muy cautelosa en el tema, “me ha impresionado demasiado”, ya que es conveniente que se tomen las decisiones una vez que Estados Unidos defina lo que se quiera hacer.
Por otro lado, apuntó que es difícil de cuánto serán las pérdidas, pero es una realidad de que México tiene una dependencia de la industria automotriz, “somos de los que más exportamos”; además, el ex-funcionario de Nissan agregó que no solamente las implicaciones se encuentran sobre dicha industria, sino también en la manufactura del acero y aluminio.
Señaló que existe la incertidumbre para todos los países que se encuentran relacionados con la industria automotriz, como Japón, Alemania y por supuesto México, que son los principales abastecedores de los automotores en Estados Unidos.
Nissan es una parte importante no solamente para Aguascalientes, sino que para todo México, tal y como lo es General Motors (GM), “a partir de eso podemos ver el impacto económico”, manifestó.
Asimismo, recalcó que es muy claro que es bastante complicado la reinstalación de las armadoras a Estados Unidos, “se requieren años y años para hacerlo, además el recurso humanos de allá es muy caro”.