El Presidente sigue de gira, pues se sabe que los números comienzan a no cuadrarle de cara a los comicios del 2021, cruciales para seguir impulsando su proyecto de país, sea éste el que sea, que depende de seguir manteniendo el control de las Cámaras, para lo cual cuenta con el factor AMLO como su baza principal, por ahora con el asunto Lozoya para hundir más a la oposición y poca cosa más, pues siguen los descalabros al menos en tres frentes: el sanitario, el de la seguridad y el de la economía.
Las cifras de la inseguridad hablan por sí solas, y allí no hay ni estabilización de curvas, ni interpretaciones que valgan, ahora con el aumento escandaloso de las denuncias por violencia doméstica, las cifras de homicidios que siguen en alza y ahora, y justo ahora porque pronto habrá otro asunto de esta naturaleza, con el drama de la desaparición de los jóvenes leoneses que fueron atacados por un grupo criminal en las inmediaciones de Puerto Vallarta.
Respecto al asunto sanitario, y luego de negarlo durante meses, el mandatario aceptó que la pandemia nos ha afectado de manera singular y grave, ahora que somos el cuarto país con más muertes —sin contar las miles de las que no se nos ha informado—, y a punto de superar en esta semana al Reino Unido, y ya instalados en el sexto lugar planetario de contagios.
Por cierto, como apostilla, recordar que esta semana un columnista reparó en que las estadísticas, que no son conservadoras muy a pesar de la retórica presidencial, los países más afectados por número de infectados y muertos, están gobernados por mandatarios de claro sesgo populista, a saber Donald Trump, Jair Bolsonaro, Boris Johnson y hasta el ruso Vladimir Putin, completando la lista nuestro mandatario.
Respecto al tema económico se ha dicho todo, incluida la burla contra el secretario de Hacienda, y justo a este tema se refirió el Presidente en Salina Cruz, Oaxaca, anteayer, donde aseguró que en agosto comenzará la recuperación económica, tras asegurar que su Gobierno se ha enfocado en contener la pandemia, no sabemos cómo, en cuidar la salud del pueblo (¿?), y en la búsqueda de la recuperación económica, que, insistimos, comienza este sábado con el mes de agosto.
Cualquiera que sepa algo de ciencia económica sabe que dejar a la economía que se recupere de un ciclo recesivo de manera espontánea, sin intervención estatal, es un postulado neoliberal y contrario a las recomendaciones de intervención y de medidas anticíclicas, que serían interpretadas como medidas de izquierda, por aquello de los neoliberales y los conservadores.
Lo demás es hacer un poderoso ejercicio de imaginación para entender cómo y exactamente por qué la economía va a recuperarse a partir del sábado, pues las famosas recontrataciones de trabajadores despedidos, no se podrán producir en empresas severamente afectadas por la crisis económica, más del 90 por ciento de las unidades registradas en el país, o que sencillamente desaparecieron, lo que seguramente no le fue informado al mandatario que, en ese mismo discurso de anteayer, dijo que seguirá “con una mano enfrentando la pandemia y con la otra impulsando la economía”, lo que a estas alturas nos debe provocar la mayor de las preocupaciones.