México, 13 sep (EFE).- Una exposición con obras de cerca de 30 artistas, incluyendo un préstamo de la familia del difunto presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940), muestra un «relato artístico nunca antes visto» del exilio español en México en el nuevo Museo Kaluz de la capital.
La directora del museo, Paloma Porraz, explica a EFE que la exhibición «80 años: Artistas del exilio español en México» aborda por primera vez este fenómeno desde la perspectiva de las artes visuales, una aportación de los inmigrantes españoles hasta ahora «olvidada o ignorada».
«La virtud de esta exposición es que, gracias a la colección Kaluz, la podemos ver como un fenómeno importante, global, porque son muchos los artistas de la colección que son parte de esta migración y que nos permitieron reconstruir la historia del relato plástico de la migración española», comenta la historiadora.
Los creadores de las obras fueron parte de los alrededor de 25.000 exiliados españoles que México recibió entre 1939 y 1942, tras el fin de la Guerra Civil española, cuando Cárdenas abrió las puertas a quienes huían de la dictadura de Francisco Franco.
Pinturas, grabados, diseños y caricaturas de artistas como Antonio Rodríguez Luna, Elvira Gascón, Remedios Varo, Josep Renau, y la pareja de José y Kati Horna muestran la riqueza cultural que dejaron los españoles en México.
Aunque los hechos históricos datan de hace décadas, argumenta la directora del museo, las temáticas de las obras cobran relevancia actual porque abordan la experiencia de la migración y el desplazamiento.
«Este exilio trajo resultados increíbles para el país y probablemente es un momento para los jóvenes de entender eso a fondo y de revaluar el fenómeno migratorio como una posibilidad para enriquecernos», expone Porraz.
La primera sala exhibe el arte del éxodo y el principal hallazgo de la exhibición: los «increíbles» dibujos surrealistas que realizó el artista Gerardo Lizárraga desde «el lugar de los hechos», en los campos de internamiento, según la comisaria.
Las siguientes secciones muestran la «vanguardia que inyectaron» artistas como Renau y los Horna, quienes trabajaron en revistas, publicidad, cine y carteles de películas de la época de oro del cine mexicano, durante la década de los 40.
Otras salas reflejan los desafíos creativos que afrontaron los españoles al llegar a México, pues en su país ya tenían «una formación y un papel de artistas» que se «fragmentó» con esta migración forzada y su lucha por sobrevivir, dice Porraz.
«La historia de la exposición es este intento de adaptación constante a lo que estaba pasando en México, que era muy fuerte, era nada más y nada menos que los muralistas y la escuela mexicana de pintura», menciona la directora.
Las obras, agrega Porraz, demuestran el aprecio de los españoles por la cultura y la naturaleza de México, como ejemplifican las pinturas que destacan escenas de personas indígenas, paisajes de playas como Acapulco, estado de Guerrero, y Mazatlán (Sinaloa), y montañas como el Cerro de la Silla (Nuevo León).
También muestran la gratitud hacia Cárdenas, cuya familia prestó a la exhibición una serie de litografías, serigrafías y textos en los que los exiliados españoles agradecen al mandatario por recibirlos en México.
El Museo de Kaluz, explica la directora, está en remodelación desde hace dos años para abrir pronto sus puertas al público donde estaba el antiguo Hotel de Cortés, frente a la Alameda Central de Ciudad de México.
El proyecto, realizado con la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), es una «oportunidad» de rescatar la «arqueología urbana» y regenerar la zona, asegura Porraz.