México, 2 sep (EFE).- La familia de Jorge Fernández, condenado a 47 años de prisión por matar a su esposa, la española Pilar Garrido, defendió este miércoles su inocencia y denunció «una serie de irregularidades» en el proceso judicial cuando se cumplen tres años de su arresto.
«Las autoridades traían la línea para incriminarlo, culparlo, cerrar el caso y quedar bien con el Gobierno de España. Es mi conclusión personal», contó este miércoles a Efe el padre del condenado, que también se llama Jorge Fernández.
Garrido, valenciana de 34 años, desapareció el 2 de julio de 2017 cuando viajaba con su marido y su bebé en su automóvil de regreso a Ciudad Victoria tras pasar unos días en la playa.
Aunque en un primer momento se creyó la versión del marido, que aseguraba que había sido secuestrada, el caso dio un vuelco cuando la Fiscalía estatal lo detuvo alegando contradicciones en sus declaraciones y el 14 de enero de 2019 fue condenado.
«Ellos cerraron el caso y lo metieron a la cárcel. Lleva ya tres años en la cárcel y eso es una injusticia», remarcó el padre, quien explicó que se interpuso en junio pasado un amparo contra la condena que está pendiente de resolverse.
Explicó que su hijo fue imputado y juzgado «de forma muy indebida» y que la defensa ha aportado 24 irregularidades «violatorias del debido proceso» de Fernández.
«No le tomaron declaración a Jorge, era una víctima y de repente lo llevaron a juicio y lo metieron a la cárcel. No le tomaron declaración y fue una violación terrible al proceso», dijo el padre, quien sostuvo que no se aportaron pruebas de su culpabilidad.
El padre contó que la causa de la muerte de Pilar Garrido «no la pudieron demostrar claramente los forenses» ni la antropóloga «sin título» aportada por la Fiscalía de Tamaulipas.
Y lamentó que el juez desestimara, en este caso muy polémico, los «peritos independientes» presentados por la defensa, que concluían que no estaba demostrado que la osamenta encontrada correspondiera a Garrido.
Además, recordó que «la madre de Pilar abogó y sigue abogando por él» y por su inocencia, una declaración que también fue desestimada por el juez.
«Cree en la inocencia de Jorge porque vivieron tres años en su casa en Valencia, en España, y nunca vio una discusión o que se llevaran mal, nunca», dijo.
El padre agregó que la investigación fue «inconstitucional» porque se rastreó la geolocalización del teléfono de Jorge sin una orden judicial.
Esta geolocalización fue usada en el juicio como prueba de que Jorge habría estado en el lugar del crimen días antes planeando los hechos.
Sin embargo, el padre explicó que Jorge acudía regularmente a la zona porque hay un campo de tiro y participaba en campeonatos, aunque los testigos presentados tampoco sirvieron ante el juez.
«La vida de una persona la echaron a perder. El niño (el hijo de Pilar Garrido) está en España desde hace tres años sin ver a su papá. Es muy difícil esta situación, muy triste, y estamos con una impotencia tremenda con la pandemia y los jueces en contra», explicó el padre.
Desde hace tres meses no puede visitar a su hijo en la cárcel por la pandemia de COVID-19, aunque ha hablado con él y «está bien».
A finales de julio de 2017 se encontraron restos óseos y jirones de ropa y 15 días después las pruebas de ADN identificaron a la española.
La Fiscalía de Tamaulipas acusó al marido de matar a la española y el juicio arrancó el 30 de agosto de 2018, con una gran atención mediática.
El juicio padeció serios reveses como el abandono de varios abogados defensores, que alejaron presiones, y el asesinato a mano armada y en plena calle de uno de los jueces y una de las integrantes de la Fiscalía.