Puebla (México), 20 jul (EFE).- El miedo y la incertidumbre se han apoderado de los habitantes de la localidad mexicana de Zoyatla, la mayoría de ellos ancianos, desde el anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre las redadas masivas de inmigrantes indocumentados en ese país.
Zoyatla, junta auxiliar (subdivisión administrativa) del municipio de Tepeojuma, en el estado central de Puebla, se ha convertido en uno de los pueblos mexicanos con mayor expulsión de migrantes y 70 % de su población ha buscado el sueño americano desde décadas atrás.
Los habitantes de la localidad, que se caracteriza por silencios interrumpidos por el cantar de las aves y el ladrar esporádico de los perros, esperan a sus hijos y nietos para reencontrarse con ellos, o en muchos casos incluso conocerlos.
Su mejor aliado es un teléfono móvil para verlos a través de una pantalla.
Actualmente viven angustiados por el anuncio formulado del presidente Trump sobre la realización de redadas para deportar a miles de migrantes indocumentados.
Es el caso de Caritina Vélez, quien desde hace 30 años no ve a sus hijos debido a que viven en condición migratoria irregular en Estados Unidos.
Aseguró que, aunque sus hijos siempre han tenido que estar atentos de la policía migratoria, en los últimos días el miedo ha crecido a raíz del anuncio de Trump.
«Ellos me dicen que no tienen miedo, que están bien, pero vaya usted a saber. Me dicen ‘Mamá, estamos bien. Hasta pasan los señores (agentes migratorios) y no nos dicen nada’. Pero yo sí tengo ese miedo de que estén mal o de que les vaya a pasar algo porque no tienen papeles», dijo a Efe.
A su vez, Jorge Nolasco Pacheco contó que desde hace varios años entrar a territorio estadounidense es más complicado. «Vine a visitar a mi familia y ya no me pude cruzar (de vuelta). Pero mi familia se quedó allá y no la he podido ver», refirió.
«Yo me tuve que acoplar a la nueva vida en mi comunidad, pero a diario hablo con mis parientes para saber cómo están, porque están viviendo con miedo de que los detenga la migra (las autoridades migratorias). A pesar de que tienen permisos, existe el miedo, porque también otros viven de manera ilegal», expuso.
Nolasco espera que no se produzcan las deportaciones de manera masiva ya que perjudicarían gravemente a los migrantes, quienes solo buscan una mejor vida y apoyar a sus familias en esta y muchas otras comunidades.
En vista de la disminución de la actividad agrícola local a causa de la emigración, Zoyatla depende en gran medida de las remesas que envían desde el extranjero.
Las remesas, que proceden principalmente de los emigrantes mexicanos que viven en Estados Unidos, representan la segunda fuente de divisas de México después de las exportaciones automotrices y constituyen un importante ingreso para millones de personas.
México recibió 13.724 millones de dólares en concepto de remesas enviadas en los primeros cinco meses de 2019 por sus nacionales residentes en el extranjero, lo que representó un aumento de 4,74 % respecto al mismo periodo de 2018.
El presidente auxiliar de Zoyatla, Lucio Mendoza, declaró a Efe que en la comunidad solo hay 900 familias, cada una de las cuales tiene de uno a seis miembros en Estados Unidos, quedándose únicamente personas de la tercera edad.
«No hay niños, no hay jóvenes; solo cuando nos visitan, pero vienen unos días y se van», lamentó.
Indicó que en la iglesia del pueblo hay una imagen de la Virgen de la Encarnación, que encabeza una procesión cada marzo acompañada con una bandera de México y una de Estados Unidos para honrar a todos los connacionales migrantes y pedir por su bienestar.
Al anuncio de Trump sobre las redadas masivas se sumó la orden de negar el asilo a los inmigrantes que no lo soliciten antes en un «tercer país seguro».
Estas medidas se enmarcan en un endurecimiento de la política migratoria de Trump, quien anunció a finales de mayo la imposición de aranceles a todos los productos mexicanos como presión para que México frene el flujo migratorio hacia el norte.
El 7 de junio México llegó a un acuerdo con Estados Unidos para evitar los aranceles, que se ha traducido en el despliegue de miles miembros de la nueva Guardia Nacional en las fronteras sur y norte para controlar el tránsito de migrantes.
El Parlamento Europeo aprobó una resolución en la que expresó su «preocupación sobre los recientes cambios en cuanto a política migratoria adoptados por las autoridades mexicanas» e instó al Gobierno a «cumplir con los estándares internacionales y los derechos humanos».
En respuesta, la Cancillería de México señaló que «toma nota» sobre las críticas del Parlamento Europeo y reiteró su «compromiso» de respetar los derechos humanos de los migrantes.