México, 18 feb (EFE).- Entre el dolor y la indignación, los familiares y vecinos de la niña de siete años violentada y asesinada en México se despidieron este martes de la menor con una misa de cuerpo presente para recordarla y exigir que nadie más en el país vuelva a sufrir una pérdida así.
La conmoción de México se hizo visible cuando centenares de vecinos se agolparon frente a la humilde casa de la familia y ante un mar de velas donde cantaron y rezaron unidos mientras los sacerdotes que oficiaron el sermón hicieron llamados a Dios y al Gobierno para que se instaure la paz en el país.
Tras un largo y emotivo aplauso de los vecinos para despedir a la menor, decenas de niños que compartían colegio con ella entraron en el domicilio con lágrimas en los ojos para darle el último adiós.
«Pinche Gobierno», murmuraban habitantes de esta zona donde todo el mundo comparte el hartazgo por la violencia y criminalidad que sufren a diario.
El cuerpo de la menor Fátima fue encontrado este fin de semana en una bolsa de plástico y con signos de violencia en la alcaldía Tláhuac, en el sur de la capital mexicana, cerca de Santiago Tulyehualco, donde vivía con su familia.
Además, este martes la fiscal capitalina, Ernestina Godoy, confirmó que la necropsia revelaba abuso sexual.
La última vez que se vio con vida a la niña, de siete años, fue el pasado 11 de febrero. Cuando su madre llegó 20 minutos tarde a recogerla al colegio, otra mujer, cuya identidad todavía se desconoce, ya se la había llevado.
UNA CADENA DE ERRORES
Desde que se conoció la noticia, el caso ha estado rodeado de reproches, supuestas negligencias y desmentidos por parte de los familiares de la víctima y de las autoridades capitalinas.
La familia arremetió contra la dirección del colegio público Enrique Rébsamen por dejar salir a la niña con una mujer no identificada y contra la fiscalía capitalina por no aceptar la denuncia por desaparición desde un principio.
Según denunciaron, la fiscalía les pidió esperar 72 horas para levantar la denuncia, por lo que la madre tuvo que desplazarse hasta la otra punta de Ciudad de México para personarse ante la fiscalía especializada en búsqueda de personas.
Además, las imágenes de la investigación, que muestran a la mujer llevándose a la niña, fueron recabadas por los mismos familiares, quienes fueron pidiendo las grabaciones de las cámaras de seguridad de los comercios de la zona, puesto que muchas de las cámaras del gobierno no funcionan.
La jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, admitió la existencia de una «cadena de negligencias» en la investigación y prometió que no habrá impunidad.
Por su parte, la fiscalía capitalina, que ofrece una recompensa de dos millones de pesos (unos 107.700 dólares) por encontrar a la mujer que se llevó a la niña, desmintió la versión manejada por la familia de que robaron sus órganos y de que el asesino fue un tal Alan Herrera, puesto que este hombre está muerto.
Este martes dio a conocer un retrato robot de la mujer que se llevó a la niña del colegio, que según las autoridades tendría entre 42 y 45 años de edad y entre 1,55 y 1,60 metros de estatura, así como «complexión mediana, tez morena clara, cabello largo lacio, cara redonda, ojos pequeños, nariz recta, boca mediana y mentón oval».
PROTESTA ANTE EL GOBIERNO
El crimen contra la menor se conoció en plena ola de indignación por el asesinato de Ingrid Escamilla de hace unos diez días, quien fue descuartizada supuestamente por su pareja, el cual desencadenó tensas movilizaciones en la capital.
Decenas de mujeres se concentraron este martes frente a Palacio Nacional, sede del Ejecutivo y residencia presidencial, para exigir justicia por los asesinatos diarios de mujeres en México y criticar al presidente, Andrés Manuel López Obrador, a quien tacharon de «feminicida» por no buscar acciones contundentes para hacer frente a los más de 1.000 feminicidios -asesinato a un mujer por razón de género- registrados oficialmente en 2019.
«Todos los días aparecen entre ocho y diez mujeres muertas en el país», recordó Fernanda, una manifestante presente en el zócalo en entrevista con Efe, quien dijo que el tema de la violencia de género debe «entrar en la agenda política» por todos los casos, no solo los mediáticos.
La protestante aseguró que «Claudia Sheinbaum y López Obrador son una tremenda decepción» y que este no deja de ser «un Gobierno machista y misógino al que claramente no le importa la vida de las mujeres».
«Criticamos las actuaciones del Estado que no nos protege y nos viola», la secundó frente al Palacio Nacional Sofía, otra manifestante.
«Lo que exigimos es una verdadera escucha a los especialistas que saben, que han trabajado este tema durante años y que tienen mejores ideas respecto a cómo combatir la violencia feminicida», reclamó.