San Sebastián (España), 21 sep (EFE).- Actores que se repiten en dos historias diferentes, personajes reales y surreales al tiempo y un concepto de humor tan especial como efectivo. Es lo que ofrece «Fauna», una película del director mexicano Nicolás Pereda, que compite en la sección Zabaltegi del Festival de San Sebastián.
Apenas 70 minutos de metraje para contar una historia dentro de una historia. La de la búsqueda de un hombre que cuenta el libro que se lee Gabino (Gabino Rodríguez, actor fetiche del director) cuando está de visita en casa de sus padres, junto a su hermana Luisa (Luisa Pardo) y el novio de esta, Paco (Francisco Barreiro).
Una realización estática, que da protagonismo a las situaciones, sin alardes tecnológicos, un estilo que casa a la perfección con una película muy bien recibida en su proyección en San Sebastián.
Los personajes se convierten en actores dentro de la película, que cuenta cómo Gabino y Luisa van a ver a sus padres tras muchos años de ausencia de la casa familiar.
Ubicada en un árido pueblo minero del norte de Chile, «Fauna» es el nombre de uno de los personajes pero también refleja la heterogénea ‘fauna’ que transita por una película llena de momentos brillantes provocados en muchas ocasiones por la inacción de los personajes.
O por sucesos tan absurdos como la falta de una toalla en un desvencijado motel o la imposibilidad de encontrar cigarrillos.
Con una larga trayectoria a sus espaldas, con una quincena de títulos presentados a festivales como los Venecia o Rotterdam, Pereda se rodea de un equipo fijo que ha formado ya una familia, como reconoció en la presentación del filme la directora de Fotografía, Mariel Baqueiro.
Baqueiro representó en San Sebastián a Pereda, que vive a caballo entre México y Canadá y que no pudo viajar al certamen español por las restricciones por el coronavirus.
Director de títulos como «Perpetuum Mobile» (2009) -presentado en Horizontes Latinos en San Sebastian-, «Verano de Goliat» (2010) o «Los mejores temas» (2012), Pereda fue objeto de una retrospectiva en el certamen donostiarra en 2017.
Y este año está presente en la sección más abierta del festival con una película desconcertante, divertida y que navega entre el surrealismo y el retrato social de un México lleno de desigualdades.