Helsinki, 15 feb (EFE).- Finlandia se ha propuesto atajar el creciente endeudamiento de los hogares, favorecido por los bajos tipos de interés y la digitalización de los servicios crediticios, mediante una estrategia nacional destinada a mejorar la educación financiera de sus ciudadanos.
De acuerdo al Banco de Finlandia, el endeudamiento de los hogares en relación a sus ingresos es más alto que nunca y alcanza ya una media del 127 %, una tendencia que, según las autoridades, supone una amenaza tanto para la prosperidad de los ciudadanos como para la economía nacional.
El gasto en vivienda representa alrededor del 60 % de la deuda total de los finlandeses, sobre todo en forma de hipotecas y de préstamos a través de las comunidades de vecinos, una modalidad cada vez más popular.
Los bajos tipos de interés, vinculados generalmente al euríbor, han disparado la demanda de créditos hipotecarios en los últimos años, hasta alcanzar un importe total de 100.000 millones de euros a finales de 2019, casi un 40 % más que en 2010, según datos del Banco de Finlandia.
Al mismo tiempo, la morosidad de los hogares también registra cifras récord: cerca de 390.000 finlandeses -equivalentes al 7 % de la población total del país- están tan endeudados que no pueden hacer frente a sus pagos.
La cifra de morosos ha aumentado más de un 30 % en la última década, impulsada por los bajos intereses de los créditos bancarios y por el auge de las empresas de microcréditos, que en algunos casos prestan dinero simplemente enviando un SMS.
«Nuevas formas de préstamo, operadores ajenos al sector bancario tradicional y algunas prácticas nuevas han llegado al mercado, lo que ha aumentado la disponibilidad y el atractivo de los créditos», explica el Banco de Finlandia en su web.
Para tratar de revertir esta tendencia, las autoridades finlandesas están preparando cambios en el marco regulatorio del sector y han lanzado un proyecto nacional para mejorar los conocimientos financieros de la ciudadanía.
La primera fase de este proyecto, coordinado por el Banco de Finlandia y en el que participan además los Ministerios de Justicia y Educación, diversas ONG y otras instituciones, consiste en analizar el nivel de conocimientos económicos de la población en general y la información disponible actualmente sobre el tema.
Una vez recopilados estos datos, desarrollarán un mecanismo que permita evaluar de forma continuada el comportamiento de los consumidores en los mercados financieros y establecerán una estrategia a nivel nacional, que englobe a autoridades, entidades bancarias, expertos, Organizaciones No Gubernamentales (ONG), empresas privadas y sindicatos.
«La idea general es facilitar el acceso de la gente a los contenidos de educación financiera en internet, porque ahora esa información está muy dispersa en cientos de páginas web diferentes», explica a Efe Jenni Hellström, directora de comunicación del Banco de Finlandia.
Según Hellström, uno de los principales factores del creciente endeudamiento de los finlandeses es la digitalización de los pagos -ya sea con tarjeta o con aplicaciones móviles- y el menor uso cada vez del dinero en efectivo.
El porcentaje de pagos con tarjeta de crédito o débito de los consumidores finlandeses en las tiendas pasó del 30 % en el año 2000 al 81 % en 2018, mientras que el uso de efectivo se redujo hasta apenas el 19 %, según datos del Banco de Finlandia.
«El endeudamiento tiene que ver con la forma en que se realizan los pagos en los países nórdicos, porque todo el proceso de pagar las compras se ha vuelto literalmente invisible», señala Hellström.
«Lo que vemos es que, especialmente entre los jóvenes, pero también en otros sectores de la población, a veces sucede que se pierde un poco la cuenta de cuánto se gasta realmente, pagar es tan fácil que ya no se le presta tanta atención», añade.
Hellström también atribuye el alto endeudamiento de los hogares al auge de empresas crediticias, muchas de ellas fuera del control de las autoridades financieras, que ofrecen micropréstamos rápidos y fáciles de conseguir, pero con altos intereses.
La facilidad para obtener este tipo de créditos, que oscilan entre 20 y varios miles de euros, está provocando una espiral de sobreendeudamiento, ya que en ocasiones son utilizados por personas que tienen problemas para llegar a fin de mes para pagar sus deudas, cayendo en un círculo vicioso del que es complicado salir.
«Existe una oferta bastante amplia de crédito rápido y fácil de cantidades pequeñas, y hay cientos de personas en Finlandia que han tenido problemas con estos pequeños préstamos que toman», afirma.
Pese a tener uno de los mejores y más igualitarios sistemas educativos del mundo, las autoridades de Finlandia sospechan que no todos sus ciudadanos poseen los suficientes conocimientos como para tomar decisiones económicamente sostenibles.
Por Juanjo Galán