México, 19 oct (EFE).- Anualmente en México se presentan unas 50.000 fracturas de cadera atribuibles a la osteoporosis y, de no poner atención a la salud de los huesos, esta cifra se triplicaría en 2050, alertó este sábado a Efe el presidente de la Asociación Mexicana de Metabolismo Óseo y Mineral, Rolando Espinosa Morales.
«Se estima que en unos 30 años el número de fracturas por osteoporosis, tan solo en México, ascenderá a 225.000, de las cuales 150.000 serán de cadera. Es muy preocupante», precisó el doctor.
Además, se prevé que el costo directo para atender esas fracturas ascenderá desde los 97 millones de dólares anuales que costaba en 2006 a más de 500 millones de dólares en 2050.
Estos cálculos, dijo el experto, se han hecho tomando en cuenta factores como la obesidad, la diabetes, la genética y los hábitos de salud de la población mexicana.
En el marco del Día Mundial de la Osteoporosis y Osteoartritis que se realiza el 20 de octubre, el especialista explicó que esta enfermedad se define como una disminución en la calidad y cantidad de las sustancias y células que tiene el hueso humano.
Cuando se pierde calidad en el hueso, este se vuelve más frágil y corre el riesgo de romperse o fracturarse.
Aunque no se tiene información epidemiológica precisa de la prevalencia de la osteoporosis en México, se estima que 24,5 millones de personas están en riesgo o ya padecen la enfermedad.
El especialista explicó que existen dos formas de osteoporosis. Una es la primaria, que es la más frecuente y afecta a las mujeres mayores de 50 años, principalmente por causas hormonales y debido a la edad.
La otra es la secundaria, la cual se puede desarrollar debido a otra condición como la artritis reumatoide y afecta a personas más jóvenes.
Se estima que solo el 20 % de los pacientes con osteoporosis sabe que padece la enfermedad y, de ellos, solo un 30 % recibe un tratamiento adecuado.
El problema, destacó el experto, es que es una enfermedad silenciosa, que no produce síntomas y, cuando llega a un punto crítico, es cuando se produce la fractura.
Esta enfermedad puede empezar a prevenirse desde la infancia, ya que es ahí cuando se fortalece la densidad de la masa ósea.
Entre los 20 y 25 años, se tiene el llamado «pico de masa ósea» que es cuando los huesos alcanzan su mejor nivel.
Por ello, si no se tuvo una alimentación adecuada en la infancia y adolescencia, es probable que el hueso empiece a deteriorarse.
Además, si en la edad adulta la gente fuma, toma alcohol en exceso, no acostumbra a consumir mucho calcio en su dieta y no se expone al sol diariamente, la calidad del hueso comienza a modificarse.
Espinosa recomendó que los niños coman bien, que tengan actividad física para fortalecer los músculos y los huesos, pero también que se generen políticas públicas para generar conciencia en la población.
Estas políticas, señaló, tienen que ir dirigidas a promover la realización de densitometrías y tomografías de manera cotidiana para evitar que esta enfermedad crezca en los próximos años.
Finalmente, destacó la importancia de un tratamiento adecuado ya que actualmente existen terapias biotecnológicas que ayudan a controlar la enfermedad a través de los cuales se han obtenido buenos resultados y disminución contundente en riesgos de fracturas.
Además, se cuentan con calculadoras de riesgo validadas en la población mexicana que ayudan a conocer si un paciente es propenso a desarrollar la enfermedad.
«Es importante que los pacientes conozcan sus riesgos y, con base en ellos, tomen medidas para prevenir que esta enfermedad llegue o, por lo menos, retrasar su aparición lo más posible», concluyó el especialista.