Indignación en la sociedad hidrocálida por el uso de la fuerza pública para quitar a un hombre de la tercera edad que se encontraba en la vía pública tratando de vender algunos productos para conseguir dinero y comprar con ello una andadera para su hijo que padece parálisis cerebral.
Si bien es por todos conocido que se debe solicitar un permiso en la Dirección de Mercados para poder comercializar algo, el enojo de la gente fue por el hecho de que había más de seis ciclopolicías rodeando al ciudadano como si fuera un gran delincuente, mientras que los robos a casa habitación siguen aumentando, así como la venta y consumo del cristal en jóvenes que se dedican a robar; entonces, en donde deberían de aplicar la mano dura no lo hacen, por lo que manifestaron que así deberían hacerlo con los delincuentes y no con quienes tratan de ganarse el pan de cada día.
El evento se suscitó entre las calles Juárez y Madero, en donde los verificadores de la Dirección de Mercados Municipales levantaron la infracción y el aseguramiento de su mercancía, mientras que el señor les suplicaba: “déjenme trabajar, necesito comer, necesito comprar el medicamento, prefiero trabajar que robar, no le estoy pidiendo al Gobierno que me mantenga, por favor”. Por su parte, los uniformados trataron de entablar un diálogo, le explicaron y los verificadores hicieron su trabajo.
Lamentablemente la falta de oportunidades y las bajas que se realizaron en las empresas debido a la pandemia han motivado a que mucha gente que aún no consigue un empleo formal, al no quedarles de otra, buscan un espacio en tianguis, mercados o en la misma calle para vender lo que sea y poder llevar el pan a sus familias.
En este caso, el afectado dio a conocer que ya en ocasiones anteriores ha tocado las puertas de los gobiernos para solicitar apoyo, pues aparte de que él es una persona enferma, su hijo está discapacitado, por lo que necesita juntar dos mil pesos para medicamentos, comida y la andadera que ocupa para su hijo, mencionó.