CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 15 (EL UNIVERSAL).-
Gabriela Escamilla Zenteno, está decidida a seguir adelante con la denuncia que interpuso ante la Fiscalía de Justicia de Jalisco por el abuso sexual que sufrió su sobrina desde que tenía cinco años de edad y cuyo agresor es su propio padre, un empresario de Guadalajara quien dijo, goza de plena libertad a pesar del ilícito que cometió.
El caso de Gabriela se hizo viral en redes sociales, luego de que usuarios exigieran su libertad con el hashtag #JusticiaParaGaby, luego de que fuera detenida tras denunciar a su hermano por abuso sexual.
«No me van a amedrentar ni achicar para no continuar con la demanda. Me enteré que el agresor y su gente le están queriendo dar públicamente otro sentido a este caso. Yo no me manejo con dimes y diretes, pero ya lo están queriendo hacer así. Para mi estos son actos de cobardía», dijo en entrevista con EL UNIVERSAL.
Gabriela se enteró el 7 de enero de 2021, que la menor, quien actualmente vive con sus padres, estaba siendo violentada sexualmente por su propio padre, es decir, el hermano de Gabriela; además de que era golpeada por la madre.
Comentó que en una ocasión la pequeña pasó una temporada en su casa y se dio cuenta de que presentaba lesiones, las cuales prendieron en ella señales de alarma.
«La niña no sólo era abusada sexualmente, sino que la madre la golpeaba, la violentaba. Yo me di cuenta porque la metí a bañar y le pregunté que quién la molestaba. De momento no me dijo, pero después me respondió ‘es papi’. Me lo confesó con mucho temor y me pidió que no le dijera nada», relata.
La mujer, de 53 años de edad, cuenta que hubo otros signos, como la ropa interior de la niña, que le revelaban que la niña era víctima de abuso sexual, y que a partir de ese momento fue presa del insomnio.
«En esa ocasión, la llevé en brazos hasta la cama y le volví a preguntar sobre quién era el agresor y me contestó; ‘Yo estaba dormidita, y abrí mi ojito cuando sentí que alguien me tocaba’. Y me platicó cosas muy puntuales de lo que le hacía Gabriel.
«Me sentí muy impotente porque sé quién es él, cómo se mueve con gente del ámbito político. Pero no me quedaré callada ni manejando miedo, porque eso paraliza. Necesito tener la cabeza bien fría para que se haga justicia y la niña pueda tener una infancia plena y feliz», agrega.
Le tomó fotografías parciales para mostrar las agresiones que sufría la pequeña y las presentó ante la Fiscalía de Justicia de Jalisco en cadena de custodia, porque pensó que servirían como prueba. Sin embargo, por esa causa fue privada de su libertad durante seis días.
«No soy abogada. Nunca pensé que eso fuera indebido o que pudiera ser un delito. Yo lo hice para que se investigara. No se ha investigado bien el caso, la carpeta tiene muchos errores y nunca se retiró a la niña del lugar donde se cometió la agresión», dice.
Gabriela comentó que el ministerio público, Ángel Eduardo Capilla, la amenazó con iniciar una carpeta de investigación en su contra. «Estaba molesto porque había recibido una recomendación por parte de la Comisión de Derechos Humanos, por la manera como se estaba manejando el caso de la pequeña».
Cuenta Gabriela que fue la propia Fiscalía la que entregó ese material al presunto agresor y el 9 de diciembre pasado le dictaron prisión preventiva.
Este miércoles el juez determinó que la Fiscalía no pudo probar que el material capturado por Gabriela tuviera otro fin distinto al de ofrecer pruebas a las autoridades por los ataques. Y por ello, recobró su libertad.
«Mi hermano está muy relacionado con políticos pero no siento temor de seguir adelante para ayudar a mi sobrina», comenta.
Dice Gabriela que la carpeta de investigación está plagada de irregularidades. Y como muestra, comenta que el agresor es quien acude con la pequeña cuando han sido citados en la Fiscalía.
«La Fiscalía no ha investigado nada, al contrario ha revictimizado a la niña, además han encontrado afectaciones en mi sobrina y no las quieren aceptar. En este caso ha habido también mucha corrupción que me hace ver que hubo un arreglo para que me encarcelaran. Y desde hoy responsabilizo si algo me sucede a mí y a mis hijos, al agresor de la niña».