Por Erick Cortés.- Ni campanadas, ni fuegos artificiales. Lo que escucharon miles de palestinos a la media noche del 1 de enero, fue el aterrador estallido de las bombas israelíes.
Decenas de personas murieron en Gaza tras los bombardeos durante la noche de fin de año, según el ministerio de sanidad, elevando a 21,800 la cifra de palestinos muertos desde que inició la guerra.
La ofensiva israelí se dio en respuesta a una ráfaga de misiles que Hamás lanzo hacia Israel en la noche Vieja, pero que fueron interceptados por la cúpula de hierro, por lo que no se reportaron heridos.
En el lado palestino, la cifra de heridos ya supera los 56,000, lo que sigue colapsando al sistema de salud, en una crisis que se acentúa con la escacés de medicamentos.
Estos hechos cierran aún más los diálogos sobre la posibilidad de lograr un alto al fuego en la zona, pues el portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, aseguró que los combates seguirán durante el 2024 y que se preparan para una guerra larga.
No obstante, dijo que el conflicto entrará en una tercera fase, con menos presencia de soldados en Gaza y ataques aéreos más selectivos contra el grupo Hamás.