Dejados de la mano del Gobierno de Aguascalientes, pero no de la de Dios y de la sociedad aguascalentense, cientos de migrantes en busca del “sueño americano” han pasado por Aguascalientes recibiendo el apoyo de Jesús Antonio Maya y la sociedad civil.
“Más los han ayudado ustedes, la prensa, que el Gobierno y demás instituciones”, destacó.
Llegan alrededor de 40 diarios, dijo, pero lamentablemente la autoridad no está pensando en ayudarlos, “a la autoridad estatal se le olvida que los migrantes son personas y porque no votan se olvidan de ellos. Lamentablemente nuestro señor gobernador prometió que les iba a hacer un albergue por el jardín de Cholula, fue una promesa como muchas, es una escuela abandonada y dijo que no, que no la podía hacer porque él ya se va”.
Informó que una mujer antier abortó porque tardó una hora y media en llegar la ambulancia al refugio y que si no fuera porque la oficial de Policía amenazó con llamar a la prensa, no hubieran ido, pero por fortuna la llevaron al Hospital Tercer Milenio, donde recibió una maravillosa atención.
Cabe señalar que este nosocomio es el único que cuenta con una policía bilingüe, y gracias a ella se pueden comunicar, pero la situación es dolorosa y muy triste para estas personas, dijo Maya.
“La tristeza es horrible, la desesperación, para ellos, yo la verdad tengo que abrir mi negocio, no es un albergue, ACNUR (organización de la ONU) los ha apoyado a muchos de ellos, pero no encuentran un lugar en donde vivir y hemos tenido hasta 180 migrantes diarios; ahorita ya no estamos recibiendo porque el problema es porque no tienen después a dónde irse y yo ya necesito trabajar, quien nos ayuda con la luz, con el agua”.
Alrededor de 300 personas han pasado ya por nuestro Estado refugiándose en el restaurante-bar de Maya, quien abrió las puertas para recibirlos cuando vio que se quedaban a dormir afuera de las oficinas del Instituto de Migración en Aguascalientes y casualmente su negocio está enfrente.
“En este momento solamente hay veinte personas en este sitio recibiendo el apoyo, pero por ejemplo el día de ayer no tenían ni para comer y subsisten en precarias condiciones, mientras se pueden ir a realizar su sueño o retornar a sus países”, de acuerdo a lo que nos comentó Maya.
Asimismo, nos presentó a dos personas inmigrantes que buscan desarrollar alguna actividad en Aguascalientes, porque no vienen a pedir limosna, sino a intentar sobrevivir de manera digna mientras pueden desplazarse ya sea a Estados Unidos, en donde les esperan parientes, o a su tierra, en el caso de no lograrlo. Entre estos migrantes hay gente muy capacitada que viene a sumarse al desarrollo de la Entidad y espera una oportunidad.
Sin embargo, las cosas no han sido fáciles para Worline ni para Heidi Yadira, quienes no han logrado tener una actividad remunerada en nuestra ciudad y viven en el refugio que ofrece en su restaurante Jesús Antonio Maya, quien ha permitido que en la parte trasera del local se comiencen a realizar asadores con el objetivo de que realicen actividades productivas, tanto en la cocina, como tejiendo trenzas hindúes, peinados, manicure y pedicura, ante la dificultad para ser contratadas y la necesidad económica, pues no les alcanza con lo que ganan sus esposos.
En referencia a la cocina, realizarán la venta de comida de los países de los que provienen, en este punto en donde ahora viven, con el fin de allegarse ingresos.
Sin embargo, refiere Maya que hay una fuerte discriminación hacia las personas provenientes de Haití, quienes aunque tengan el dinero para rentar, reciben negativa por su procedencia y no pasa lo mismo con los centroamericanos, que más fácilmente se confunden entre los mexicanos.
Pidieron que les den la oportunidad, por ejemplo Worline da clases de francés y podría trabajar por una módica suma, según lo manifestó, pues no sólo hace peinados, pero con la realización de estos también podrían permitirle un espacio en la Feria de San Marcos.
De este modo, Maya y las personas inmigrantes lanzaron un SOS urgente a las autoridades para que les den instalaciones como habían prometido, dado que no tienen ingresos, ni trabajo, no quieren pedir limosna y, por otro lado, en el lugar en el que están viven hacinados y tratando de subsistir en forma muy difícil.
Para el dueño la situación también es difícil, porque nada menos el recibo de la luz le llega por 17 mil pesos, dado que casi todos los migrantes usan parrillas eléctricas para cocinar y al respecto, pidieron víveres como leche, arroz y frijol, y oportunidades para emprender porque no quieren salir a pedir limosna.
MAD