Los dirigentes de los diferentes sectores industriales y el comercio, que adelantaron que entre hoy y el primero de junio, como harán muchos hoteleros, reanudarán actividades, advierten que la recuperación de los ingresos previos a la emergencia serán graduales y en muchos casos tardarán meses en recuperarse, en el entendido, que no se olvide, de que la economía ya se encontraba en fase recesiva mucho antes de que el Covid-19 llegara a complicar todo y ante la expectativa de que este año el PIB, sí el PIB que es el que mide el estado de la economía, sea negativo en alrededor del 7 por ciento.
Especialmente difícil será el arranque de todos aquellos que producen y comercializan bienes duraderos, pues a dos meses sin ingresos, o con ingresos parciales de la mayoría de agentes económicos, la contracción económica y la persistente incertidumbre sobre la marcha de nuestra economía, no animan a hacer compras de casas, de autos o de muchos artículos que no son indispensables, tal el caso de la mercancía de alta gama.
Particular es la situación de la industria automotriz; en crisis en el mundo entero desde hace ya muchos meses, con grandes existencias de vehículos no comercializados, de los que se mueven en el sector turístico, que aquí sufrieron el golpe de la cancelación de la FNSM, o las aerolíneas, prácticamente paralizadas casi dos meses, aunque lo cierto es que ahora se da el primer paso para la recuperación, esperando que lo de la salud no se nos complique y que el circulante, que así se llama porque es como la sangre del cuerpo económico, comience a fluir.