Guadalajara (México), 1 dic (EFE).- La escritora chilena Carla Guelfenbein, premio Alfaguara de Novela 2015, lo tiene claro: Sus novelas siempre han sido feministas pero hasta ahora, cuando acaba de publicar «La estación de las mujeres», no estaba bien visto reivindicarlo.
«¿Esta es una novela feminista? Sí, por supuesto. Creo que todas mis novelas son feministas lo único es que ahora se me permite decirlo», expresó Guelfenbein en entrevista con Efe durante la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, considerada la más grande de la literatura en español.
Guelfenbein (Santiago de Chile, 1959) recordó que hace una década tenía que defenderse «como gato en la pared» cuando definían sus novelas como «literatura femenina» y las escritoras debían esforzarse para que «el patriarcado nos aceptara», dijo.
«Hoy día, las mujeres nos cansamos de esperar y dijimos que somos parte del canon y, si no, ese canon no nos interesa», expresó la novelista, quien reveló que empezó a escribir su nueva novela hace cuatro años, cuando «la reivindicación feminista no estaba tan vigente como en el último año y medio».
Aunque no era algo premeditado, con «La estación de las mujeres» (Alfaguara), que relata las historias paralelas de seis mujeres cuyas vidas se entrelazan, Guelfenbein se suma a «una discusión vigente, importante y necesaria» como la reivindicación feminista.
No obstante, Guelfenbein insistió en que no entiende las novelas como una herramienta de activismo político ya que «la literatura es mucho más que un panfleto».
«Creo que estoy más cerca de la verdad literaria cuando un personaje me contradice y siente algo que va en contra de mis principios», puntualizó la escritora chilena, quien usa otras plataformas, como artículos de prensa, para expresar sus opiniones y «participar activamente como ciudadana».
En su novela, la escritora se toma «una libertad al borde de la transgresión», pues mezcla personajes ficticios con dos mujeres reales: la poeta y pedagoga chilena Gabriela Mistral, premio nobel de Literatura 1945, y su pareja, la escritora estadounidense Doris Dana.
La idea surgió durante una estancia de Guelfenbein en Columbia, donde se inspiró en mujeres de su día a día que le llamaron la atención para crear personajes que se mezclaron con Mistral y Dana, quienes vivieron en esta ciudad.
«Todos estos personajes empezaron a coagular entorno a un espacio geográfico y unas ideas. Así se transformaron en parte de este ‘collage’ que es la novela», reveló la autora.
PROTESTAS EN CHILE
Guelfenbein ha participado activamente en las protestas de su país, que comenzaron como una manifestación contra el precio del boleto del Metro de Santiago y derivaron en una movilización masiva que ha forzado al presidente Sebastián Piñera a anunciar la redacción de una nueva constitución.
«Es absolutamente necesario abolir la constitución ilegítima creada por el Gobierno dictatorial de (Augusto) Pinochet para proteger el neoliberalismo», expresó la escritora, quien en 1976 se exilió a Inglaterra con su familia huyendo de la dictadura.
Guelfenbein señaló que durante décadas Chile vivió «una situación de neoliberalismo con cara bonita y vestido rosado», de manera que los propios chilenos se autoconvencieron de que eran el «oasis de Latinoamérica».
Por ello, considera que ahora es «muy lindo y emocionante» poder participar en los grupos de ciudadanos que en las plazas de Santiago debaten cómo debe ser la nueva ley fundamental.
Guelfenbein, quien se define como pacifista, opinó que para que acaben los altercados en las calles, es necesario que el Gobierno haga «un gesto claro e inequívoco de que se va a cambiar el sistema».
«Este gesto Piñera no lo ha hecho porque es un pusilánime, un cobarde y un idiota», concluyó.