Aguascalientes.- Aunque fue hijo único, la vida del arquitecto Guillermo Ramírez Muñiz nunca ha sido solitaria, antes bien, llena de amigos y conocidos que han sido parte de los grandes logros y satisfacciones personales, familiares y profesionales.
La entrevista con este personaje vivaz se llevó a cabo en una pequeña oficina que tiene en una placita comercial ubicada en la esquina de Primo Verdad y López Velarde, justo donde vivió toda su infancia, en donde también ha montado una pequeña galería con las fotografías de su familia, incluyendo sus padres.
Arquitecto, se le conoce de muy amiguero, ¿será cierto?
Siempre, coincido con la frase de que un amigo es el mayor tesoro y sí, tengo muchos que conservo desde la infancia, nos frecuentamos mucho, convivimos, hacemos las carnitas asadas y esto me ha hecho fuerte en varias etapas de la vida.
A lo mejor es muy trillada pero mi infancia fue muy padre, la viví en esta casa con grandes amigos, mi papá médico, mi mamá ama de casa, siempre atentos pero dándome libertad. En esta cuadra tuve muchos camaradas que siguen siéndolo, todos íbamos al Marista y a la escuela en grupo nos íbamos en el camión rojo que se paraba en la esquina o en el azul en Madero.
Luis Armando Reynoso era vecino de puerta, el Obispo Berlié también era mi vecino a media cuadra de mi casa, mi médico de cabecera es uno de mis mejores amigos Rafael Romo Mireles, mi compañero desde primero de primaria, lo mismo que mi dentista Hugo López Velarde y como ellos son muchísimos que a mis 62 años sigo viendo y mantenemos la misma amistad y nos vemos con muchísimo gusto.
Sus papás también muy reconocidos en la sociedad aguascalentense, ¿fueron estrictos con usted o consentidores?
Normal, estrictos cuando ameritaba, pero muy cariñosos. Lo que sí es que mis gustos no coincidieron con los de mi papá, él era muy religioso y le gustaba la música clásica, la ópera, nunca me inculcó el deporte, yo nunca había practicado ningún deporte, la primera vez que vi que alguien pateaba un balón fue hasta que entré al Marista a primero de primaria, me causaba asombro ver que los chiquillos corrían detrás de un balón para patearlo, -sonríe emocionado-.
Pero, salió bueno para el deporte, ¿verdad?
Dentro de lo que cabe, después que probé patear el balón, quién iba a pensar que me iba a apasionar tanto el deporte, tanto como mi trabajo o más, jugué futbol en mi primaria pero fui malísimo aunque soy buen aficionado, le voy al América pero desde que llegó el Necaxa a Aguascalientes, le voy al equipo local, aunque venga aquí mi favorito; uno de mis sueños cumplidos es precisamente que aquí tengamos un equipo de Primera División.
En la secundaria me tiré a la flojera, no hice nada de deporte, pero en la prepa empecé a jugar basquetbol, ahí me fue mejor y sobresalí, fui de la selección del Marista, luego entrené para el IMSS donde ganamos varios campeonatos, luego me fui a la UNAM a estudiar y en el tercer año de la carrera participé en la selección de basquetbol de los Pumas, luego jugué con Aguascalientes una Liga Mexicana, desde entonces me apodan Marvin, porque decían que me parecía a un famoso jugador que así le decían, ahora el 90% de la gente me conoce por mi apodo. El deporte me ha dado también grandes satisfacciones y he estado en las grandes ligas.
Me encanta la Lucha Libre y a mi familia también, no nos perdemos este espectáculo que creo es relajante y emocionante; con el box qué puedo decir, con mi hija que es boxeadora profesional nos hemos vuelto infaltables a donde ella va. Otra afición que tengo es la de los toros.
¿Qué lo motivó a ser arquitecto?
Bueno, a mí siempre me ha gustado ser más práctico que machetero, dedicarme a la medicina como mi papá era tener que machetear mucho, era bueno para el dibujo y me gusta crear, entonces me incliné a esta profesión. Aunque después conocí la valuación y es lo que he llena más, porque siento que es un área en donde se valoran realmente mis conocimientos, es decir, cobro por un servicio de acuerdo a lo que sé y no es de percepción, como en muchos casos sucede con la arquitectura.
¿Su mayor satisfacción cuál es?
Sin dudarlo mi familia, estoy muy orgulloso de la que formamos mi esposa y yo, de mis hijos, cada uno en sus áreas se ha desarrollado y me hace dichoso, y también me enorgullecen mis amigos, ni dudar que más vale tener amigos que tener dinero, esa es mi filosofía de vida, gracias a ellos se me han dado oportunidades de ser parte de otras actividades distintas a la arquitectura, por eso digo que soy un arquitecto multichambas.
Pero mi máxima satisfacción pues mis 3 hijos. La mayor, Paty es contadora que está por terminar la Maestría en Valuación, pero además me sorprendió cuando decidió ser boxeadora profesional en la que también ha tenido grandes e importantes triunfos.
Cecy, es abogada, tiene maestría en Derechos Humanos, trabaja en la Cámara de Diputados Federal y le va muy bien, ahorita estudia un doctorado. Memo es ingeniero industrial, está en Londres donde es Chef en un restaurante mexicano y le va muy bien, dice que puedo decir yo lo que quiera, pero allá está ganando muy bien, más del doble de lo que podría ganar aquí ejerciendo su profesión, es triste que nuestro país no tenga esas oportunidades para los profesionistas, pero él está feliz y eso me hace dichoso.
Y ya entrados con la familia, ¿cómo conoció a su esposa?
Ella es prima hermana de mi amigo, Juanito Castañeda, él tenía un supermercado pequeño, por la calle Pimentel, algún día fui a visitarlo a su tienda y me estaba tomando una cerveza que él me invitó, su prima estaba en la puerta de su casa, ella es alta y cuando la vi vestida de negro me impactó el trapío de esa mujer y desde entonces empezamos hasta que nos casamos, ya tenemos 36 años de matrimonio.
¿Qué le ha gustado más de su vida y qué sueño le falta por cumplir?
Yo creo que me ha encantado vivir tantos momentos con mis amigos, soy amiguero y me gusta mucho pasar tiempo con ellos y me puedo decir realizado en lo personal y profesional, he hecho más de lo que algún día me imaginé, pues he sido titular de Box y Lucha en la Entidad, servidor público estatal y municipal, llegué a dirigir a Las Panteras en el basquetbol profesional, fui deportista profesional, me traje hace 25 años a la Sociedad de Arquitectos Valuadores de la que fui presidente y ahora soy otra vez.
Mi sueño es algún día ser juez de Plaza, por mi afición a los toros, eso me falta, ah, me hubiera gustado ser presidente del Colegio de Arquitectos de Aguascalientes, todos mis amigos fueron menos yo, y es que en esa época en la que pude ser, estuve en el servicio público, 12 años fui director de Catastro en el Estado, la primera vez por invitación de Felipe González y luego me seguí de corrido con Luis Armando Reynoso.