México, 22 may (EFE).- Los restos de al menos 60 mamuts hallados en las obras del futuro aeropuerto de Ciudad de México permitirán estudiar su extinción e interacción con humanos, explicó este viernes a Efe el coordinador nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Pedro Francisco Sánchez.
«Es una muestra significativa que nos dejará hacer afirmaciones más certeras sobre sus enfermedades, su dieta, su sexo, sus características morfológicas y hasta su probable interacción con humanos», dijo.
Desde octubre del año pasado, el INAH da seguimiento a las obras del futuro Aeropuerto Internacional General Felipe Ángeles, al norte de la capital mexicana, puesto que en esta zona había registros de al menos tres mamuts.
En octubre del año pasado, comenzaron las excavaciones y ya llevan encontrados restos de al menos 60 ejemplares, una cifra que podría aumentar hasta alcanzar cerca de un centenar, afirmó Sánchez.
«No fue sospechoso encontrar mamuts pero no esperábamos acumular el número de más de 60, no todos completos y algunos más estructurados que otros», explicó el arqueólogo, quien señaló que para estudiar esta especie «no es lo mismo tener tres o cuatro como hasta ahora que tener más de 100».
LOS MAMUTS COMO DIETA DE LOS HUMANOS
Los restos encontrados pertenecen a un período de entre 20.000 y 15.000 años atrás, por lo que algunos coinciden en el tiempo con las trampas artificiales para mamuts halladas el año pasado en Tultepec, a 30 kilómetros del futuro aeropuerto.
Estas trampas excavadas, de 1,6 metros de profundidad y usadas durante cinco siglos, son las primeras trampas artificiales para mamuts de las que se haya tenido constancia en el mundo y dan pistas sobre la organización de los cazadores.
Según el antropólogo, el importante hallazgo de mamuts en el aeropuerto permitirá analizar su interacción con los humanos.
«Aparentemente el mamut formaba parte de la dieta constante de grupos humanos. Quizás la señora de la casa mandaba al hombre a cazar mamuts porque tenían invitados para cenar», ironizó el experto.
Si bien, los restos encontrados no presentan huellas de cacería humana, el INAH no descarta que los cazadores se aprovecharan de ellos al quedar atrapados en terrenos fangosos cuando se secaba el lago Xaltocan.
El hecho de que los restos pertenezcan a épocas diferentes, constata que existió una población sostenida en la zona de la Cuenca de México, en el centro del país, donde encontraron una vegetación adecuada para su alimentación gracias a los lagos de la región.
El fin de las glaciaciones y el calentamiento del planeta dejó de ser propicio para estos mamíferos que se extinguieron hace 3.700 años, por eso es importante estudiar sus enfermedades, añadió Sánchez.
LOS RESTOS NO PELIGRAN POR LAS OBRAS
El nuevo aeropuerto, encargado por el presidente Andrés Manuel López Obrador en la antigua base militar de Santa Lucía, está siendo construido por el Ejército, misma institución que financia los trabajos de hallazgo de los mamuts.
Sánchez aseguró que los arqueólogos están trabajando en «total coordinación» con los militares, quienes han facilitado «espacios para trabajar de manera cuidadosa y sistemática».
«Está descartada una afectación de las obras a los restos porque nosotros vamos un paso por delante. Les decimos ‘espérame tantito, hazme un espacio aquí'», relató el arqueólogo.
Además, Sánchez confirmó que el INAH prepara la construcción de un museo integrado en el aeropuerto para difundir el conocimiento sobre este extinto mamífero.
Los mamuts existían en la Tierra desde hace más de cuatro millones de años y llegaron hace 40.000 años a América gracias a la glaciación del estrecho de Bering, desde donde se expandieron hasta Centroamérica.
Un mamut adulto podía alcanzar los cuatro metros de altura, pesar diez toneladas y vivir entre 60 y 70 años.