Nueva York, 31 oct (EFEUSA).- Los estadounidenses se enfrentan este jueves al dilema de «¿truco o trato?» por Halloween, una festividad en la que, no obstante, no temerán gastar unos 8.800 millones de dólares en caramelos, decoraciones y originales disfraces como los que se verán esta noche en el tradicional desfile de Nueva York.
El barrio del East Village es escenario de uno de los eventos de Halloween más multitudinarios del país desde hace 45 años: 60.000 personas marchan disfrazadas y otros dos millones abarrotan sus calles, aunque el «Día de los Muertos» se ha estado viviendo en la gran urbe ya desde principios de mes.
Los residentes compiten por la atención de los transeúntes desde casas engalanadas con luces, calabazas, telarañas, esqueletos y otras decoraciones dignas de portada de revista; las tiendas hacen lo propio para invitar a más clientes y, al final, cada cual busca una excusa para divertirse.
«Nosotros decoramos todos los años, nos encanta. Es mi fiesta favorita y además es mi cumpleaños», dijo a Efe una joven del distrito de Queens llamada Tania, que anoche ya desfiló disfrazada junto a su familia, emulando a los protagonistas de «Toy Story» en un evento en Central Park.
«Nos disfrazamos y nos sentimos niños otra vez», explicó la neoyorquina, para quien este es «un buen momento para estar con la familia y amigos» y sobre todo «divertirse», si bien admitió que la inspiración de su disfraz fue mérito de su marido, vestido de Buzz Lightyear, «que es muy bueno buscando en internet».
Halloween es una de las celebraciones más populares de Estados Unidos junto a la Navidad y el Día de Acción de Gracias, pero son precisamente los milenials, los adultos entre 18 y 35 años, quienes la viven más intensamente, de acuerdo a una encuesta por grupos demográficos realizada por de The Harris Poll.
Casi medio millar de personas, la mayoría en ese rango de edad, acudieron este miércoles, como Tania y su familia, al parque de Nueva York para celebrar un «mini»-Halloween y presumir de disfraz: pequeñas brujas, dinosaurios, monstruos de las galletas y hasta una Frida Kahlo protagonizaron la tarde y un sinfín de vídeos.
Según la encuesta anual de la Federación Nacional de Minoristas, la mayor asociación de este sector en el mundo, se espera que los estadounidenses gasten este año 8.800 millones de dólares con motivo de Halloween, una media de unos 86 dólares por hogar, especialmente en disfraces y caramelos.
Ese gasto baja ligeramente respecto al récord de hace dos años, pero el máximo ejecutivo de la asociación, Matthew Shay, señala que los comerciantes están «viendo un incremento visible de consumidores cuyas compras de Halloween están inspiradas por amigos, vecinos o celebridades que están en las redes sociales».
En ese sentido, internet, igual que en otras fiestas consumistas como el Black Friday, se ha posicionado como la primera fuente de inspiración para los compradores, que acuden sobre todo a Pinterest (18 %), YouTube (14 %) e Instagram (14 %), esta última conocida por acoger todo un ecosistema de «influencers».
Esta semana, muchas celebridades se han dejado ver con elaborados disfraces, que en EE.UU. no necesariamente dan «miedo», en esa red social: Demi Lovato de María Antonieta; Cardi B de «enfermera sexy»; Halsey vestida de Cher o la actriz Jessica Biel imitando el «look» de su marido Justin Timberlake en la época de la banda NSYNC.
Hoy seguramente se multiplicarán las fotos, ya que los milenials en concreto «viven» virtualmente esta festividad hasta tal punto que casi la mitad de ellos «admite que ha comprado cosas de Halloween solo para poder incluirlas en sus post en las redes sociales», de acuerdo a una encuesta de la firma CompareCards.
Lejos de los millones de seguidores que tienen las celebridades, el resto de los mortales retratarán solo para sus allegados sus recuerdos, como los que dejó anoche una «flotilla» de calabazas encendidas navegando por un lago de Central Park, que habían sido talladas por las familias que desfilaron esa la tarde.