«Los hechos son testarudos, pero las estadísticas son más manejables».
MARK TWAIN
El Covid-19 nos ha sorprendido una y otra vez y ha obligado al cambio de estrategias de las autoridades sanitarias. Sabemos que el confinamiento puede ayudar a prevenir la difusión de la enfermedad, pero sólo si se hace muy temprano. La experiencia nos demuestra, por otra parte, que los países que más éxito han tenido contra la pandemia son los que han hecho pruebas y aislado a los contagiados, y no a la sociedad en su conjunto, y que además han logrado un mayor uso de mascarillas.
Algunos países, como Nueva Zelanda y Noruega, han tenido éxito con el confinamiento. Lo aplicaron muy temprano y son relativamente aislados. Hoy enfrentan, sin embargo, los problemas de abrir nuevamente la economía, porque es imposible cerrar durante varios años, y su población tiene bajos niveles de inmunidad. China aplicó con éxito un confinamiento muy rígido, y utilizó la fuerza pública para obligar a la gente a permanecer en sus casas, pero los rebrotes muestran los problemas de largo plazo de esta estrategia.
Otras naciones, como Italia, Francia y España, han aplicado confinamientos obligatorios con poco éxito inicial, aunque con el paso del tiempo sí han logrado contener la pandemia. Sin embargo, también están teniendo problemas de rebrotes.
Algunos de los países que más éxito han tenido en la lucha contra el Covid no han recurrido al confinamiento obligatorio, tan favorecido por quienes gustan de los Gobiernos autoritarios. Se trata de Singapur, Corea del Sur y Taiwán, entre otros, que utilizaron una combinación de pruebas, con seguimiento para aislar a los contagiados, y mascarillas. Tener buenos Sistemas de Salud también ha funcionado, aunque no para reducir contagios, sino las muertes, como en el caso de Alemania.
México no ha sido en esta lucha el ejemplo para el mundo que proclama el presidente López Obrador, en una actitud triunfalista, ciega ante los hechos, muy similar a la de sus colegas Donald Trump de Estados Unidos y Jair Bolsonaro de Brasil. Es verdad que aplicó un confinamiento parcial, no obligatorio, que no violó las garantías individuales, pero restringió las pruebas y minimizó el uso de mascarillas. Hasta la fecha el presidente López Obrador afirma que no hay pruebas científicas de la eficacia de los cubrebocas y se niega a emplear éstos en público.
México tiene, como dice AMLO, un número relativamente pequeño de casos ponderados por población: 3,439 por cada millón de habitantes hasta el 3 de agosto. Singapur, por ejemplo, registra 9,112, casi tres veces más. El bajo número de México, sin embargo, es consecuencia de la política de limitar las pruebas. México ha aplicado 7,834 pruebas por cada millón de habitantes; Singapur, 225,652 por millón de población. El número de contagios de México es, por lo tanto, artificialmente bajo; hay muchos casos que no han sido detectados.
¿Cuál es la diferencia en muertos? México registra 372 muertes por cada millón de habitantes, mientras que Singapur tiene sólo 5. También el número de fallecimientos en México, sin embargo, es artificialmente bajo por falta de pruebas. Muchísimas muertes por Covid se registran como neumonía atípica u otros males en nuestro país.
Entiendo y comparto la decisión del presidente López Obrador de no violar las garantías individuales para confinar a la gente contra su voluntad. Pero la aplicación de pruebas, el seguimiento y aislamiento de los contagiados, y el uso masivo de mascarillas son instrumentos que podrían haber evitado decenas de miles de muertes. Ya es momento de aceptarlo… y de hacer algo para remediarlo.
VEINTE DÍAS
Faltan 19 días para el reinicio de clases a distancia. En ese lapso la SEP debe preparar y producir cursos de televisión y radio para todos los niveles. Será difícil, si no imposible, hacer un buen trabajo.