México, 14 jun (EFE).- La conmemoración de los 80 años del exilio español en México sirve a ambas naciones para estrechar de nuevo lazos y sanar, al menos un poco, la herida abierta por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, al exigir por carta al rey de España disculparse por los abusos cometidos en la conquista.
«Tenemos lazos que nos unen desde hace mucho tiempo y podemos tener diferencias transitorias. Pero es más lo que nos entrelaza, lo que nos une a México con España», dijo el mandatario mexicano desde el Palacio Nacional este jueves, en un acto por los 80 años del exilio republicano español en México.
Con estas palabras, el líder del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) expresó sus buenas intenciones con España.
Ello tras ser él mismo quien desató un choque diplomático al exigir en marzo mediante una carta al rey de España, Felipe VI, y al papa Francisco disculpas por los abusos cometidos durante la conquista, 500 años atrás.
El presidente fue más allá y reconoció este jueves a los exiliados por «contribuir al desarrollo del país».
Pero la conmemoración de los 80 años del exilio republicano en México por la Guerra Civil (1936-1939) y la dictadura franquista no se ha quedado en la ya tradicional conferencia matutina del 13 de junio.
Del jueves al domingo se celebran varios actos -desde ponencias hasta la proyección de documentales- en el puerto de Veracruz, donde arribó el insigne buque Sinaia en 1939 con unos 1.500 exiliados.
Pese a tener una apretadísima agenda por el conflicto arancelario y migratorio con Estados Unidos, en la inauguración del programa conmemorativo participó el propio canciller, Marcelo Ebrard.
El titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) alabó la trascendencia de la aportación de los exiliados republicanos españoles.
«La lección del exilio republicano español ha sido la lucha constante por la esperanza y la libertad, y esta ya está integrada en el ADN mexicano», afirmó.
En este mismo evento, la secretaria de Estado de la España Global, Irene Lozano, consideró que el exilio republicano español es «parte del patrimonio común de España y México».
Horas antes, en la conferencia matutina junto al mandatario, Lozano fue más allá: «Nuestros países comparten una historia rica y singular en la que predominan las luces sobre las sombras, lo que nos une sobre lo que nos separa, el afecto sobre el rencor».
En una muy probable referencia a la misiva del líder mexicano, remarcó que ambos países llevan «siglos» de convivencia en los cuales cambiaron el mundo «haciéndolo global por primera vez».
Más hechos corroboran que el homenaje al exilio español es un claro incentivo para devolver las aguas a su cauce diplomático.
El Gobierno mexicano ha preparado multitud de actividades para conmemorarlo a lo largo de todo el año, desde emisiones en programas de radio a conferencias y homenajes a representantes del exilio.
Además, el Gobierno de España presentó esta semana en Ciudad de México un mapa interactivo en línea que recoge el recorrido, la historia y la huella de los miles de republicanos que fueron acogidos en México.
Para el coordinador del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Khemvirg Puente, López Obrador usa esta efeméride para mitigar su «desencuentro» existente con España, pero también para presumir de buen trato con los migrantes en pleno conflicto con Estados Unidos.
Según dijo este viernes a Efe, la carta «no fue un acto de reivindicación histórica, sino una imprudencia» que «complicó la relación de manera absurda».
Y con este serie de eventos, aunque «no va a ser fácil darle la vuelta a la hoja, sin duda se va a liberar un poco la tensión generada».
Para el presidente del Ateneo Español de México, Ernesto Casanova, las declaraciones del presidente son «muy positivas» porque abundan en la idea de que ambas naciones son «pueblos hermanos» con una historia «inseparable».
«La conmemoración del exilio y el hecho de que estuviesen las autoridades españolas junto a López Obrador ha provocado una disminución de la tensión», declaró a Efe.
En este contexto, resta por ver cuándo viajará de nuevo al país Pedro Sánchez, actualmente en funciones y pendiente de ser investido como presidente del Gobierno español.
Sánchez ya lo hizo en enero, convirtiéndose en el primer mandatario internacional que visitaba la nación latinoamericana tras la multitudinaria investidura de López Obrador del 1 de diciembre.
Y con él exhibió una gran sintonía.