Naciones Unidas, 14 ene (EFE News).- Pese a ciertos avances en algunos países, la situación de los derechos humanos en Latinoamérica sigue siendo precaria, según se desprende de un informe publicado este martes por Human Rights Watch (HRW).
En su análisis anual sobre la situación de los derechos humanos en el mundo, la ONG con sede en Nueva York destaca importantes problemas en gran parte de América Latina, desde la violencia y la impunidad que imperan en México a la represión política de Venezuela o la tendencia de los Gobiernos a responder violentamente a las protestas.
OLEADA DE DESCONTENTO
Entre muchas otras cuestiones, el informe de HRW denuncia el uso de medios violentos para reprimir manifestaciones durante la oleada de protestas que se vivió en varios países de la región en los últimos meses.
Así, apunta que en Chile se utilizó «fuerza excesiva» para responder a las multitudinarias protestas que arrancaron en octubre y que dejaron miles de heridos a manos de los agentes.
«La Policía respondió de forma mucho más brutal de lo que debería. Hubo un claro uso excesivo de la fuerza», señaló el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth, en una rueda de prensa en la sede de Naciones Unidas.
Roth destacó que el Gobierno chileno ha mostrado plena cooperación con las investigaciones de su organización y que ha prometido cambios, pero subrayó que esa respuesta «excesivamente violenta a protestas bastante legítimas fue preocupante».
En Bolivia, HRW da cuenta del alto número de muertos y heridos durante las movilizaciones del pasado noviembre y apunta que el decreto aprobado y luego derogado por el Gobierno interino que otorgaba inmunidad penal a militares y policías incumplía los estándares de derechos humanos y lanzaba un «peligroso mensaje».
En el caso de Ecuador, por ejemplo, la ONG también se hace eco de la violencia en el contexto de las protestas, de informes de uso excesivo de la fuerza por parte de algunos cuerpos de seguridad y de las limitaciones a las libertades que se dieron por el estado de emergencia declarado por el Gobierno en octubre.
«Esta luz verde a la violencia por parte de las fuerzas de seguridad es un problema que vemos en muchos Gobiernos de Latinoamérica», subrayó Roth.
REPRESIÓN EN VENEZUELA, CUBA O NICARAGUA
En su análisis, HRW acusa al Gobierno venezolano de Nicolás Maduro de reprimir a la oposición, utilizando la violencia contra los manifestantes, encarcelando a dirigentes políticos y llevando a civiles a tribunales militares.
Además, denuncia que en el país no quedan instituciones que puedan limitar las acciones del Ejecutivo dado que Maduro y su antecesor, Hugo Chávez, llenaron los tribunales de jueces que «ni siquiera pretenden ser independientes».
Mientras, señala que el país es escenario de una emergencia humanitaria, con importantes carencias de medicinas y alimentos, un fuerte repunte de la mortalidad materna e infantil y la reaparición de enfermedades antes erradicadas.
En su conferencia de prensa, Roth destacó como elemento positivo la respuesta dada a Venezuela por los países del llamado Grupo Lima, que han criticado con mucha dureza a Caracas y que han tomado medidas para que el Gobierno de Maduro rinda cuentas.
«Tradicionalmente los Gobiernos latinoamericanos no se criticaban entre ellos por abusos de los derechos humanos, eso era algo que Estados Unidos hacía. Y ahora ese tabú se ha roto», señaló.
La represión gubernamental continúa también en Cuba, según HRW, que explica que el Gobierno de La Habana sigue actuando contra críticos y utilizando las detenciones arbitrarias para silenciar a defensores de los derechos humanos y periodistas independientes.
En Nicaragua, la ONG acusa al Gobierno de Daniel Ortega de haber «desmantelado casi todos los controles institucionales al poder presidencial» y de reprimir de forma violenta y a través de la Justicia a críticos y opositores.
VIOLENCIA EN MÉXICO Y CENTROAMÉRICA
En México, HRW apunta que las violaciones de los derechos humanos cometidas por fuerzas de seguridad -incluidas torturas, desapariciones y abusos contra migrantes- continúan bajo la Administración de Andrés Manuel López Obrador.
Según Roth, la guerra contra las drogas que sigue librándose en el país «ha sido un desastre» por el uso de fuerzas militares, no preparadas para este tipo de acciones, y por la impunidad generalizada.
Según la organización estadounidense, algunas medidas impulsadas por López Obrador pueden traer mejoras, pero por ahora faltan avances en su implementación.
El informe destaca también el enorme problema de la violencia en varios países centroamericanos, con algunas de las tasas de homicidios más altas del mundo, que ha forzado desplazamientos masivos de población.