México, 29 dic (EFE).- La Arquidiócesis de México señaló este domingo que la violencia, la inseguridad y la corrupción son los principales males que aquejan a este país y dijo que el actual Gobierno tiene la imperante obligación y el compromiso de terminar con esos problemas.
Además, pidió a los católicos hacer el compromiso, para el año 2020, de terminar con la corrupción.
En el editorial del semanario Desde la fe, que publica la Arquidiocésis todos los domingos, se apuntó que los citados males «comienzan en la base del núcleo social: la familia».
Y aunque el entorno incide en el desarrollo positivo o negativo de las personas «la educación en casa, principalmente con el testimonio de los padres, tiene el mayor peso, y desde ahí debemos comenzar».
En el texto se exigió a los católicos acabar «con los actos que, de uno en uno, terminan por afectar nuestra individualidad, y que, sumados uno con otro, lastiman a nuestras familias, y que, multiplicados por millones, desarrollan una dolorosa enfermedad social».
Con el título «Terminemos con la corrupción», el editorial señaló que la participación social en la vida colectiva se puede manifestar cómo el amarse los unos a los otros, «una solución práctica para terminar con la corrupción».
«El Gobierno tiene una imperante obligación, y un compromiso hecho para terminar con la violencia, la inseguridad y la corrupción. No lo olvidaremos. Pero tampoco olvidemos que nosotros tenemos una responsabilidad social muy grande que asumir», apuntó la Arquidiócesis.
La Iglesia católica se dijo consciente de que el fin de la corrupción «no solo depende de las políticas públicas, sino de la justicia y honestidad de cada uno de los miembros de las familias, instituciones educativas, empresas, instituciones religiosas, y agrupaciones de cualquier tipo».
Por lo que el objetivo «es motivar e impulsar» la construcción de una sociedad justa, honesta e íntegra.
Para ello, apuntó, no se debe obligar al vecino a terminar con su corrupción o criticarlo por sus malos actos, ni esperar a que los demás cambien para hacer lo propio.
«Terminemos con ese daño que depende de nuestras propias obras, pues de la justicia y la honestidad de cada uno depende una sociedad más sana y pacífica», expresó.
«Construyamos de una vez por todas un mejor país, y una mejor sociedad. Tenemos la mejor inspiración de todas: el Nacimiento de Jesús entre nosotros y el nacimiento de un nuevo año que nos permite escribir una nueva página», finalizó.