El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) reveló que Aguascalientes se encuentra en el lugar 30 de 32 escaños en el Indicador de Recuperación Económica Estatal (IREE), lo que nos coloca en el grupo de las entidades con Muy Bajo nivel de porcentaje de reactivación económica por estado de manera trimestral; es decir, la distancia hacia el camino de crecimiento que se perdió en la pandemia.
El documento dado a conocer este mismo mes de abril por el organismo, añade que para el caso de las entidades que registran en esta medición el indicador ‘Muy baja’, significa que su desempeño económico se encuentra “muy por debajo del nivel de actividad económica sin covid y muy lejos del crecimiento esperado”, y establece en específico que “Querétaro, Aguascalientes, Quintana Roo y Baja California Sur no han recuperado su crecimiento durante la pandemia, aún cuando en el largo plazo presentan una tasa de crecimiento”, detalla.
La medición del Indicador de Recuperación Económica Estatal recoge los datos del cuarto trimestre de 2020, que coloca el promedio nacional en 89%, que aunque observa 11 puntos porcentuales por debajo del crecimiento esperado sin pandemia, es muy superior al porcentaje del 75% que exhibe Aguascalientes, aún a pesar de ser considerado uno de los estados que ostenta un crecimiento económico a largo plazo.
Para el caso de Aguascalientes, el índice Muy Bajo obedece a que aunque se registró un crecimiento del orden del 75% en los indicadores del IREE, es uno de los más bajos a nivel nacional. En comparación, los más altos de México, Campeche, Tamaulipas y EDOMEX, acumulan crecimientos de 106, 97 y 96 por ciento respectivamente.
De acuerdo al Centro de Investigación en Política Pública del IMCO, responsable del análisis de las más de 150 variables de diversas fuentes abiertas -como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el Banco de México y sistemas de seguimiento de información financiera global-, si bien es cierto que Aguascalientes y otras entidades muestran signos preocupantes de escaso desarrollo económico, aún pudiera haber oportunidades “si se cuenta con una alta capacidad de adaptación y flexibilidad”.
En este sentido, en el propio documento se puede encontrar una serie de sugerencias para la administración pública estatal que, entre sus propuestas más destacables, se encuentran el “diversificar la economía hacia sectores de mayor crecimiento y más orientados al exterior, que agregan valor a lo que producen mediante el conocimiento y ayudan a sobrellevar mejor las crisis”, detalla.
La publicación también sugiere que se revise y se redefina “la estructura económica, y usar herramientas de subsidio para reorientar los cambios de actividades económicas”, además de “abandonar la idea de ‘vocaciones productivas’, que está anclada en el pasado, pues se requiere visión de futuro en los sectores con potencial, encontrar ventajas comparativas y convertirlas en competitivas”, establece.