CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 8 (EL UNIVERSAL).-
Ante la posibilidad de que los republicanos logren la mayoría en la Cámara de Representantes, surge una pregunta: ¿irán por la administración de Joe Biden?
La respuesta de los expertos es: sí.
Legisladores republicanos ya han propuesto celebrar audiencias sobre los negocios de Hunter, hijo del mandatario, una investigación sobre la retirada de Afganistán y otra sobre la influencia China.
«Hay un deseo ardiente por parte de los republicanos de proporcionar algún tipo de supervisión a la administración Biden», dijo a ABC News el representante James Comer, republicano de Kentucky, miembro principal de su partido en el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes. «Vamos a estar bajo mucha presión para actuar, pero creo que estaremos a la altura».
Los republicanos acusan a Hunter Biden de aprovecharse de la posición de su padre en el Senado para beneficiarse económicamente.
Tanto Comer como Jim Jordan, representante republicano por Ohio, quieren profundizar las pesquisas sobre Biden para ver si incurrió en delitos fiscales en sus negocios con China y Ucrania. También quieren verificar la pesquisa que realizó el Departamento de Justicia sobre la posibilidad de que Hunter mintiera sobre su consumo de drogas al hacer una solicitud de compra de armas.
Los republicanos quieren ir más allá y han expresado su intención de iniciar un proceso de destitución contra Biden y otros funcionarios de su administración, culpan a Biden de una serie de infracciones, desde el manejo de la pandemia del Covid-19 hasta la situación en Afganistán.
También tienen en la mira al fiscal general, Merrick Garland, al que acusan de politizar su departamento, y al Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, señalado por lo que consideran políticas «laxas» en la frontera, indicó ABC News.
«Mayorkas merece [la destitución] sin duda, porque ya no tenemos frontera», dijo Jordan a CNN el mes pasado, mientras que la representante republicana de Colorado Lauren Boebert afirmó que la destitución de Mayorkas debería ser una «prioridad».
Aunque parece difícil que logren impugnar a todos, además de un dolor de cabeza para Biden podrían centrar sus dardos con algunos de los funcionarios del gabinete, a manera de que sirva de «ejemplo» y los haga parecer exitosos en su estrategia, de cara a las presidenciales de 2024.