La improvisación en muchas ocasiones es un buen recurso… menos en tareas de alta demanda, como la política.
Parece chiste, pero lo cierto es que para las próximas elecciones en varios Estados varios actores, cantantes y hasta cómicos han levantado la mano para registrarse como candidatos a puestos de elección clave.
¿Nombres? Muchos, pero va un ejemplo: Carlos Villagrán, el popular “Kiko” de la serie “El Chavo del Ocho”, quien acaba de inscribirse como candidato a alcalde o gobernador, el hueso que le quieran dar en Querétaro.
Ayer mismo también alzó la mano la actriz Gabriela Goldsmith para contender como diputada federal por Morena. En días pasados lo hizo Alfredo Adame, sí, el actor telenovelero que se pelea con quien se le ponga enfrente y que es más famoso por sus escándalos que por su carrera histriónica.
Pero no son los únicos, recordemos que hay cantantes, como Ernesto D´Alessio y Sergio Mayer que son diputados federales y que por lo menos el primero ya levantó la mano para gobernar Nuevo León.
Pero nombres sobran y este fenómeno no es nuevo, recordemos a Silvia Pinal, que alentada por uno de sus tantos maridos logró ser diputada, y menos dejemos en el olvido a “La Tigresa” Irma Serrano, quien de vedette pasó a ser senadora de la República.
Y un ejemplo más, éste ya reciente: el futbolista Cuauhtémoc Blanco saltó de las canchas a la alcaldía de Cuernavaca y, pese a que se antoja difícil de creer, ahora es gobernador de Morelos; Manuel Negrete, otro futbolista, es también presidente municipal.
Y la lista es larga, pues sólo son unos ejemplos de que la política no es lo que debiera ser.
Nadie duda de la capacidad de los mencionados, pero ponemos en tela de juicio que realmente tengan la capacidad de gobernar un municipio, un Estado, o que tengan la estatura para representar a sus paisanos en las Cámaras federales.
Esto suena a improvisación y a un excelente manejo de relaciones públicas, porque han dejado en el camino a profesionistas que tal vez estén mejor preparados, y aunque no dudamos de su inteligencia, se antoja un poco difícil que tengan un buen desempeño para la altura y seriedad que en los cargos se requieren.
La política es otra cosa, es un servicio en el cual se supone deben estar mujeres y hombres con la capacidad intelectual y moral para representar los intereses de sus gobernados y lograr el bien común. Eso esperamos los ciudadanos de nuestros gobernantes, sean del partido que sean.