Las Palmas de Gran Canaria.- El catastrófico incendio que afecta a la isla atlántica española de Gran Canaria comenzó a perder fuerza este martes después de asolar 12.000 hectáreas forestales, algunas de gran valor medioambiental, aunque el fuego sigue sin control y 10.000 personas continúan evacuadas.
El siniestro es el más importante de este tipo ocurrido en España desde 2012 y en las islas Canarias desde 2007.
Los dos flancos del fuego se encuentran en fase de contención gracias al trabajo duro e intenso del gran dispositivo de extinción y la mejoría de las condiciones atmosféricas, si bien persisten varios focos activos, como el que abrasa varios kilómetros del Parque Natural de Tamadaba, Reserva de la Biosfera.
El comportamiento del viento la noche pasada permitió que el fuego no haya entrado por el momento en la Reserva Natural de Inagua, otro valioso enclave ecológico que ya se quemó en el gran incendio de 2007, cuando quedaron destruidas más de 18.000 hectáreas.
Un equipo de un millar de personas, incluidos efectivos del Ejército, se afana en estabilizar el incendio, apoyados por una veintena de aeronaves entre helicópteros y aviones.
Los hidroaviones, algunos de 6.000 litros de capacidad, cargan agua sin descanso en la bahía portuaria de la capital insular, Las Palmas de Gran Canaria, y se dirigen urgentemente a las zonas más castigadas o amenazadas por el incendio, que ha dejado una extensa humareda visible a larga distancia.
El fuego comenzó el sábado y se propagó desbocado con varios frentes de este a oeste por el norte de Gran Canaria, una isla muy turística y frecuentada por visitantes europeos, sobre todo nórdicos, alemanes y británicos.
La gran envergadura de las llamas de la cabecera (la que afecta al pinar de Tamadaba), temperaturas elevadas, vientos cambiantes y un terreno muy accidentado hacían imposible técnicamente la extinción, pero los especialistas confían ahora en poder estabilizarlo hoy o el miércoles.
"Vamos a ganar a esta bestia", subrayó hoy en rueda de prensa el presidente regional del archipiélago de Canarias, Ángel Víctor Torres, al referirse a este gran incendio forestal, de unos 80 kilómetros de perímetro.
Torres explicó que prácticamente la mitad de los 21 municipios isleños están afectados por la catástrofe, con viviendas dañadas, por ejemplo en la localidad de Gáldar.
"Hoy las noticias son muy favorables", según Torres, pero el incendio aún no está extinguido, por lo que el riesgo persiste, advirtió.
Los medios aéreos se centran en estabilizar el perímetro del fuego que afecta al flanco sur del incendio para que no pueda afectar a la reserva de Inagua, mientras continúa la vigilancia de otros focos que pudieran reactivarse, informaron los servicios técnicos medioambientales.
El avance en la lucha contra el gigantesco incendio coincidió con la llegada hoy de un batallón del Ejército y de varios medios aéreos adicionales. La ministra de Defensa española, Margarita Robles, viajó hasta la isla para supervisar en persona las tareas de extinción, en las que está desde hace días el titular de Agricultura, Luis Planas.
Las 12.000 hectáreas carbonizadas suponen el 20 % de toda la superficie forestal española quemada en lo que va de este año. Otras 1.400 hectáreas ardieron hace una semana también en Gran Canaria en otros dos incendios.
España sufre cada verano el azote de los incendios forestales, agravado en los últimos años por sequías prolongadas y temperaturas elevadas.
Según datos provisionales del Ministerio de Agricultura, en España han ardido casi 58.000 hectáreas entre el 1 de enero y el pasado 11 de agosto, a las que se sumarían las alrededor de 13.400 hectáreas ardidas en Gran Canaria desde el 10 de agosto.