Ni la canalización de más recursos a la prevención, ni tampoco la contratación de más psicólogos y ni siquiera el constante cambio en la estrategia preventiva han logrado frenar la epidemia de suicidios en Aguascalientes, problema de salud que ha escalado a los primeros lugares de causa de muerte entre la población en general y de manera especial entre los jóvenes.
Especialistas al servicio del Centro Estatal de Salud Mental Agua Clara, al igual que psicólogos reconocidos e incluso funcionarios del ISSEA, coinciden en que en materia de prevención “se han dado palos de ciego”, si bien reconocen que no es nada fácil atender la problemática cuando se tiene que atacar varios frentes que inciden en este fenómeno.
Las instituciones de salud, las grandes y las chicas, las federales y las locales, igual se han visto rebasadas y empequeñecidas; “nos quedan a deber porque no atienden el problema o lo hacen de manera limitada”, por la creciente necesidad de la atención especializada en salud mental, por lo que personas con depresión, ansiedad, estrés y otros trastornos se quedan sin ser tratados, y eso, junto con otros problemas, como las adicciones, la violencia intrafamiliar, los problemas de pareja, en el noviazgo, etcétera, generan un caldo de cultivo especial para que se estén repitiendo con inusitada frecuencia los suicidios.
“El comportamiento que tiene el suicidio en Aguascalientes nos indica claramente que lo que hacen las autoridades del ISSEA y las que están encargadas de la salud mental de la población es el colmo de la ineptitud y la indiferencia, porque ven la tempestad y no hacen nada, eso es lo que lamentablemente está sucediendo, ya que no hay rumbo en la política de salud enfocada a la atención de los trastornos emocionales y a las conductas de la población”, coincidieron en señalar psicólogos al servicio del Instituto de Servicios de Salud del Estado.
El suicidio, exponen los especialistas, no se va a evitar sólo con pláticas en las unidades de salud, en las escuelas, colonias o centros de trabajo; se necesita ir al fondo del problema, investigar y atacar las causas, como puede ser la mala relación que hay al interior de las familias, entre las parejas, en el noviazgo o bien el tema del consumo de drogas, que es otro problema que ha detonado las muertes de este tipo.
Los responsables de la prevención se curan en salud diciendo que por pláticas no ha quedado, pero la realidad es que no saben cómo tratar a un presuicida, pues “dar pláticas es muy fácil, es unidireccional y no se aprecian resultados, lo verdaderamente intenso es encarar al paciente en la consulta, donde los resultados son nulos porque no hay capacidad en ningún sentido”, expusieron.